LUIS ALONSO BONILLA C.



"Cuando uno se siente perseguido y acosado por sus compañeros de fe"



Un buen día me sentí perseguido y acosado por los que yo pensaba que eran mis hermanos y los únicos cristianos verdaderos. Fue tanta la impotencia, que escribí esta carta a la sucursal de la Watchtower en Colombia. Mi deseo al hacerla publica es que sirva de testimonio sobre los métodos intimidatorios que usan los testigos de Jehová.

Conocí a los testigos de Jehová en el año 1986, cuando una pareja de ellos llegaron a la puerta de nuestra casa materna. Desde aquel año nuestras creencias religiosas giraron alrededor de lo que la sociedad Watch Tower de New York dictaba. Durante más de diez años comíamos y respirábamos lo que proporcionaba el equivocadamente llamado “esclavo fiel y discreto”. Fue una época donde veíamos situaciones muy irregulares, que nunca comentábamos públicamente por temor a las represalias que esto podía generar, como ser censurados o hasta expulsados de la congregación.

Siempre existieron muchas dudas por los cambios doctrinales que se dan con regularidad en el seno de la “organización”, y que los adeptos a la agrupación tienen que aceptar sin mayores explicaciones. Así como la carga de “arreglos, normas y reglas” de carácter humano que se establecen y que afectan el modo de vivir de las personas que de buena fe llegan allí.

El nacimiento de nuestra primera hija fue definitivo para decidir si seguíamos o no asistiendo a las reuniones y participando en las actividades que se programaban en la congregación. Vimos que no era justo con la niña y con nosotros mismos seguir sometidos a una reglamentación que violaba y vulneraba nuestros derechos fundamentales.

Fue por ello, que para mediados del año 1999, de forma voluntaria dejar de asistir a las reuniones. Desde ese momento se desató una persecución que nunca imaginamos por parte de nuestros propios hermanos en la fe. Inicialmente el hostigamiento se dio por parte de mi familia política que permanecen todavía dentro de la organización. Seguidamente nos vimos acosados y perseguidos por los ancianos de una congregación a la cual nunca pertenecimos, se dieron a la tarea de hacernos “investigación” para saber nuestra ubicación y horarios de nuestras actividades.

Fue por esto, que el día 27 de abril de 2000 en las primeras horas de la mañana se protagonizaron los hechos que me obligaron a escribir la carta que verán a continuación. Dicho documento nunca ha sido contestado de manera oficial por los representantes de la Watch Tower en Colombia. Juzguen ustedes:

Puede contactar con el Autor en la siguiente dirección: Luis A. Bonilla

Contribuido.


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