Nota necrológica de...


DANIEL SYDLIK


Aparecida en La Atalaya de 1 de Enero de 2007, pág. 8



DANIEL SYDLIK, miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová por mucho tiempo, terminó su vida en la Tierra el martes 18 de abril de 2006, a la edad de 87 años. Llevaba casi sesenta años sirviendo como parte de la familia Betel de Brooklyn (Nueva York).

El hermano Dan, como lo llamaban cariñosamente sus allegados, llegó a Betel en 1946. Antes había sido precursor especial en California. También había pasado un tiempo en prisión por su neutralidad cristiana durante la II Guerra Mundial. En su biografía, titulada “¡Cuán inapreciable es tu amistad, oh Dios!” y publicada en La Atalaya del 1 de junio de 1985, se narran con gran elocuencia las experiencias que tuvo durante aquella época.

El hermano Sydlik era una persona abordable y sin pretensiones. Cuando dirigía la adoración matutina para la familia Betel, se notaba claramente que tenía una actitud positiva y amaba la vida, pues solía empezar diciendo: “¡Qué bueno es estar con vida para servir al Dios vivo y verdadero!”. Al pronunciar discursos fomentaba ese mismo espíritu en los oyentes, como se desprende de los títulos de algunos de ellos: “Feliz es el pueblo cuyo Dios es Jehová”, “Reflejemos el gozo de Jehová”, “Mantenga vivo el fuego del espíritu de Dios” y “Lo mejor está por llegar”.

En 1970 se casó con Marina Hodson, de Inglaterra. “Es un apoyo que Dios me ha enviado”, decía el hermano Sydlik al referirse a ella. Sirvieron a Jehová como matrimonio durante poco más de treinta y cinco años.

A lo largo de sus años en Betel, el hermano Sydlik trabajó en varios departamentos —entre ellos la imprenta y el Departamento de Redacción— así como en la emisora de radio WBBR. En noviembre de 1974 fue nombrado miembro del Cuerpo Gobernante, y con el tiempo formó parte de los comités de Personal y Redacción.

Durante sus más de treinta años en el Comité de Personal, se evidenció el intenso amor que sentía por la gente. El hermano Sydlik, con su potente voz, dirigía continuamente la atención al grandioso privilegio que tenemos de servir a Jehová, lo que infundió ánimo en muchos. Siempre recalcaba que la verdadera felicidad no depende de factores externos, sino de nuestra relación con Jehová y nuestra manera de ver la vida.

Aunque la familia Betel lo echa mucho de menos, su recuerdo como hombre que realmente amaba la vida y a la gente perdurará. Estamos convencidos de que el hermano Sydlik está entre los que se mencionan en Revelación (Apocalipsis) 14:13: “Felices son los muertos que mueren en unión con el Señor desde este tiempo en adelante. Sí, dice el espíritu, que descansen de sus labores, porque las cosas que hicieron van junto con ellos”.

Nota de la dirección de esta Web:

“Un hombre que amaba la vida y a la gente”, es el lema escogido para resumir la vida de este hombre. ¿Cómo reflejaba ese amor a 'la vida y a la gente'? ¿Trabajando por más de treinta año en el Comité de Personal de una empresa denominada Watch Tower Bible and Trac? ¿Redactando o supervisando artículos que luego se utilizan para controlar las vidas de miles de personas e hipotecándolas a una enseñanzas cambiantes y peligrosas? ¿Es ese el amor que tuvo a la gente? ¿Qué diferencia hay entre este hombre y aquella persona que se tira 30 años encerrado en un convento de clausura, rezando y fabricando dulces?
Para tristeza de él, sus compañeros de tertulia semanal olvidaron anunciar su muerte. Falleció el 18 de abril de 2006, y se publicó su esquela el 1 de Enero de 2007. ¡ocho meses después! Ya habían mostrado esta desatención con la muerte de Schroeder, que murió en Marzo de 2006, y lo anunciaron en Septiembre de 2006, pero no con la muerte de Barber que murió un año después.
¿Amaba tanto la vida que esperaban a que resucitara antes de la llegada del fin? ¿O es que están perdiendo el aprecio a sus grandes pilares?
¡Que esfímero es el recuerdo de hombres comunes que lo único que han aportado a la vida es un trabajo a una empresa, que publica libros y revistas! R.I.P.


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