Nota necrológica de...


GEORGE D. GANGAS


Aparecida en La Atalaya de 1 de Diciembre de 1994, pág. 31



A LAS 8.50 de la mañana del jueves 28 de julio de 1994, George D. Gangas terminó su vida terrenal a los 98 años de edad. Era ungido, y formaba parte del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová desde el 15 de octubre de 1971.

Todos los que conocían personalmente al hermano Gangas eran conscientes de su amor a la justicia y su odio a la maldad. Recuerdan bien su repetida descripción de Satanás: mentiroso craso, monstruoso, malvado, infame y despreciable. Por el contrario, cuando hablaba de Jehová, decía que era un Padre amoroso, bondadoso, compasivo, tierno y cariñoso. Muchos también recuerdan lo que le gustaba formular preguntas bíblicas. En cualquier conversación, no dejaba de plantear preguntas, algunas de ellas sencillas, otras, más complicadas. Sin duda, amaba la verdad bíblica.

El hermano Gangas se bautizó el 15 de julio de 1921. Empezó su carrera en el ministerio de tiempo completo (precursorado) en marzo de 1928. Por lo tanto, estuvo en el servicio de tiempo completo un total de 66 años. Pasó a formar parte del personal de la central de Brooklyn de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract el 31 de octubre de 1928.

Su biografía se publicó en La Atalaya del 1 de abril de 1967. En ella se representa a un verdadero hombre espiritual de Dios. En aquel artículo dijo las siguientes conmovedoras palabras: “Amo la vida y quiero que mis hermanos también obtengan la vida. Considero, junto con el apóstol Pablo, que todas las otras cosas son ‘pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús’”. (Filipenses 3:8.)

El hermano Gangas mostró con sus acciones que en realidad amaba la vida, y llevó con ilusión el “conocimiento de Cristo Jesús” a otras personas. Se le echará de menos, pero nos regocijamos de que haya recibido su recompensa celestial. Ahora ‘descansa de sus trabajos, pues sus obras lo siguen’. (Revelación 14:13, Nueva Versión Internacional.)

Nota de la dirección de esta Web:

“SUS OBRAS lo siguen”, es el lema escogido para resumir la vida de este hombre. ¡Qué pena que la vida de un ser humano se resuma de esta forma. ¿Obras? ¿Qué obras? ¿Puede un ser humano poner una serie de obras ante el 'altar' de Dios y recoméndarse ante los demás? Y lo más curioso es que un repaso a la vida de este hombre no nos dice nada sobre una 'obra' en la que participo: en Comité que elaboró la Traducción del Nuevo Mundo.
Este hombre, de origen griego, fue uno de los componentes "anónimos" que produjo una versión 'a medida' para los Testigos de Jehová. Una lectura de su biografía obvia esto, y por supuesto realza obras que nada tienen que ver con el cuidado de enfermos, la asistencia a ancianos, el ayudar al pobre; no hay obras de beneficiencia ni cobijo del huerfano y la viuda,...(Mat. 25:31-46; Snt. 1:27)
“SUS OBRAS lo siguen”, sí, para testificar que el camino que este hombre adoptó en su forma de adoración, era un camino equivocado; no era el 'camino' que Cristo enseñó a andar, y en el que puso dechado a seguir.
¡Que sus obras dejen de seguirlo, pues no hay obras que sigan al hombre que no demuestren las carencias que tenemos, lo poco que hemos hecho, lo mucho que pudimos hacer. ¡Somos esclavos que no servimos para nada! (Lu. 17:10)


ATRÁS