Taxa Camarae del papa León X


Aclaraciones acerca del origen y posible falsedad del documento titulado Taxa Camarae

 

Reflexiones previas acerca de la imposibilidad actual de dar por auténtico o falso el documento denominado Taxa Camarae y su supuesta autoría por parte de León X

Origen del texto denominado Taxa Camarae y atribuido al papa León X

Intercambio de correspondencia con un representante de apologetica.org

Investigación bibliográfica que refuta la autoría por parte de León X de la Taxa Camarae y afirma la pesunta falsedad de este documento

 

Reflexiones previas acerca de la imposibilidad actual de dar por auténtico o falso el documento denominado Taxa Camarae y su supuesta autoría por parte de León X

Un grupo católico, aglutinado entorno a apologetica.org, en uso de su legítimo derecho, ha puesto en cuestión la autenticidad de la Taxa Camarae y de la autoría atribuida al papa León X, abriendo así una buena oportunidad para debatir e indagar sobre un asunto cubierto de oscuridad.

El documento denominado Taxa Camarae ha sido publicado en diferentes libros (y países) desde, al menos, principios del siglo XIX, por lo que llama poderosamente la atención que, hasta la fecha, no se conozca de nadie que, ya sea desde dentro de la Iglesia católica o desde el mundo académico, haya cuestionado la autenticidad de este documento.

Hasta el momento, la referencia bibliográfica más antigua encontrada que cita la Taxa Camarae aparece en un libro editado hacia el año1800, escrito por Teófilo Gay, que no cita la fuente original del documento. El libro del que reproduje el texto publicado en el mío --y que figura en este web-- fue editado en Francia en la primera década de 1900 y tampoco contenía referencia de la fuente original (al menos en las fotocopias que me entregó el jesuíta Martín; ver más abajo). En un libro editado en 1936 por la Librería Pons (Barcelona) y de autoría "anónima" (que resulta atribuible al propio editor), se reproduce exactamente el mismo texto que yo traduje del libro francés y tampoco cita ninguna fuente (ver su texto original: págs. 82-83-84 y págs. 85-86-87).

En este momento seguimos buscando nuevas fuentes para intentar aclarar el origen y camino que siguió este documento hasta hoy. Las posibilidades a contrastar son varias: 1) El documento es auténtico y original de León X. 2) El documento es auténtico, pero el autor es algún prelado de su época. 3) El documento es una falsificación hecha en tiempos de León X (suposición que cabe tener en cuenta ya que este pontífice publicó, en 1517, un documento, Inhaerendo vestigiis, destinado a denunciar presuntas falsificaciones de documentos atribuidos a éste o a miembros de la curia, aunque sin que se conozcan contenidos o autores de tales actos). 4) El documento es una invención surgida en el siglo XVIII.

Obviaremos, de momento, las dos primeras posibilidades, para concentrarnos en las dos afirmaciones básicas vertidas por los miembros de apologetica.org: que la Taxa Camarae ha sido inventada por el autor de este web para "calumniar" a la Iglesia y, obviamente, que el texto es falso y que León X no pudo ser de ninguna manera su autor.

La primera afirmación sólo puede ser fruto de la mala fe, fanatismo e ignorancia de alguno de los miembros de apologetica.org, ya que ellos mismos afirman haber encontrado fácilmente la referencia ya citada de Teófilo Gay (aunque con todo el rigor académico del que presumen no han sido capaces de localizar, por ejemplo, la edición de 1936 que se reproduce aquí). Dado que ni en 1936 ni en 1800 andaba yo por este mundo, es muy improbable que pueda ser yo el autor del texto original. Es obvio que hace al menos 200 años que circulan versiones de este texto, por lo que si hay algún falsificador habrá que buscarlo en otro lado y época.

Por otra parte, la intención académica de apologetica.org y su ética queda bastante en entredicho si tenemos en cuenta que en un e-mail me conminan a que "si usted está dispuesto, basado en la documentación que le adjunto, a retratactarse de modo conveniente, esto podría cambiar los planes de publicación y de divulgación que al momento estamos considerando" (ir al e-mail). ¿Esta agrupación católica investiga para que todos conozcamos mejor la verdad histórica o para acallar a quienes resultan inoportunos a su creencia? Me consta que diferentes webs que han reproducido la Taxa Camarae han recibido mails conminándoles a eliminarla bajo amenazas.

La segunda afirmación se fundamenta en una correcta y amplia revisión bibliográfica de documentos que concluye sin haber encontrado rastro ninguno de la citada Taxa Camarae (más abajo se adjuntan los datos de tal revisión tal como me los remitieron sus autores). En otras circunstancias, el hecho de no haber localizado el documento entre las fuentes revisadas sólo podría significar que no existe ni existió jamás, pero esta suposición no puede ser aceptable en el presente caso. Veamos la razón:

Apologética.org, al referirse a las fuentes en que ha indagado, afirma: "Hacemos notar que son fuentes de primera clase, editadas en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. No existe nada mejor, salvo los mismos archivos, que fueron estudiados por estas colecciones, y por los autores que se citan más abajo. Por otro lado, los documentos salían en copias, no se trataba de un solo ejemplar. ¿Cómo puede ser que ninguna colección de bulas y documentos realizada por históricos en base a decenas de archivos de decenas de bibliotecas de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX no traiga ninguna mención de ninguna Taxa, ni nada que se le parezca?"

Los miembros de apologetica.org, que presumen de trabajar con rigor, honestidad y academicismo, faltan a la verdad con sumo descaro cuando afirman que no hay fuentes mejores. Sí las hay, muchas y mejores, pero ni ellos, ni sus fuentes de consulta, ni nadie puede acceder a ellas para comprobar quien tiene razón. Saben perfectamente en apologetica.org, aunque lo callan en defensa de sus intereses católicos, que junto a la biblioteca vaticana existe un edificio contiguo que alberga el llamado "archivo secreto" --para acceder a su sala hay que pasar por seis estrictos controles de seguridad, tres de ellos protegidos por guardias suizos armados con metralletas--, al que sólo acceden investigadores debidamente autorizados, pero que están limitados a trabajar únicamente con los documentos repertoriados en los catálogos que se les ofrece. La primera conclusión es que cualquier documento que no figure en un catálogo no puede solicitarse para su estudio porque oficialmente "no existe".

Pero ésta no es la razón de mi crítica, lo importante de verdad es que hay muchos anaqueles con documentación que no es accesible para nadie ya que ¡¡¡está prohibido revisarla bajo pena de excomunión!!! (tal como se advierte en cada uno de los anaqueles censurados y hurtados a la revisión histórica seria). Sin duda no es casualidad que los cientos de documentos que "no existen" sean de los siglos XVI y XVII, una época con demasiados aspectos oscuros y con una corrupción que la Iglesia sigue queriendo ocultar. Nadie, hoy, sabe qué contienen esos archivos, así que nadie, hoy, puede afirmar o negar nada de forma tajante respecto a la veracidad o no de la Taxa Camarae (o de "los documentos similares" que mis críticos buscaban y, lógicamente, no han encontrado); tampoco pueden hacerlo, claro está, quienes en los siglos citados trabajaron en los archivos vaticanos pero sin poder acceder a un material sin el cual toda conclusión o afirmación no puede ser más que provisional.

Naturalmente, no sólo un elevado número de documentos de los turbulentos siglos XVI y XVII resultan imposibles de revisar --resultando así "inexistentes"--, tampoco son accesibles, por ejemplo, cientos de documentos fechados a partir de 1922 ... inicio del periodo más vergonzoso de la Iglesia moderna comandada por el mediocre y reaccionario Pío XI, franco amigo y colaborador del fascismo italiano y del nazismo alemán. De algunos de los documentos de esa época se tiene constancia por los originales y referencias encontradas en archivos fascistas y nazis, pero, sin duda, acceder a los ahora "inexistentes" documentos haría perder a la Iglesia esa supuesta dignidad histórica que sólo mantiene merced a lo que oculta.

La pregunta que deriva de lo afirmado anteriormente es obvia: ¿si nadie puede acceder a los archivos que podrían guardar copia de la Taxa Camarae, es esto una prueba de su falsedad? Es probable. Pero es igualmente probable que el documento que dio origen a las publicaciones en libros críticos o anticlericales fuese una copia del original depositado en el archivo vaticano y guardada en algún otro lugar más accesible en un momento determinado... Se puede especular en el sentido que se prefiera, pero, de momento, en ejercicio de la pura decencia académica e intelectual, es imposible afirmar o negar nada. Sólo cuando se puedan revisar todos los documentos que ahora oculta la Iglesia y/o se sepa quién y cómo puso en circulación lo que todavía hoy se conoce como la Taxa Camarae, estaremos en condiciones de afirmar la veracidad o no del contenido de este documento.

En cualquier caso, dado que no tengo el menor interés en dar por cierto un documento dudoso (pienso, al igual que muchos teólogos católicos, que la Iglesia de hoy tiene aspectos mucho peores y más criticables que esa Taxa Camarae), y que mi objetivo nunca es el de escandalizar, sino el contribuir a una crítica fundamentada de aquello que abordo, recomiendo tener por dudoso este documento hasta que no se pueda acreditar una u otra hipótesis. Si en el futuro se probase indubitadamente que este documento fuese falso, sería eliminado de este web, pero justamente por ser dudoso debo mantener la copia de la Taxa Camarae en el web, para que cada cual pueda reflexionar sobre las circuntancias que lo envuelven y, ojalá, pueda aportar un poco más de luz histórica a la discusión abierta.

Origen del texto denominado Taxa Camarae y atribuido al Papa León X

El texto de la Taxa Camarae reproducido en este web tiene el siguiente origen: en junio de 1974, durante un viaje de vacaciones a París, un jesuíta español, que me fue presentado como padre Martín, con el que coincidí en un almuerzo en casa de una amiga común, nos habló del contenido de la Taxa Camarae y, tras escucharle, le solicité una copia de ese documento, razón por la que al día siguiente le acompañé hasta una biblioteca de la Universidad de Le Sorbonne, donde buscó un libro, me mostró las páginas en las que aparecía el texto buscado y él mismo solicitó una fotocopia y me la entregó. Entonces ese texto era una mera curiosidad que surgió estando de vacaciones, y estaba muy lejos de mis intereses de la época, así es que no anoté la referencia de aquel libro que, según recuerdo, estaba editado en la primera década de 1900. Antes de abandonar la biblioteca, el padre Martín solicitó y me fotocopió otro documento muy crítico con su propia orden, los jesuitas (era un librito de instrucciones publicado bajo el nombre de Mónita Secreta, un documento del siglo XVII, conservado en Bruselas). Al regresar, guardé esas fotocopias y permanecieron olvidadas hasta que hace unos 15 años aparecieron entre otros muchos papeles archivados; estaban ya bastante deterioradas, así que copié su texto, traduciéndolo del francés, y lo guardé de nuevo hasta que, en 1997, al hacer un breve comentario sobre el negocio descarado que hizo la Iglesia en base a las indulgencias, decidí reproducirla como un pequeño anexo del libro que estaba escribiendo.

Obviamente, antes de incluirla se la di a leer a un par de teólogos católicos amigos y me comentaron que "era correcta", que era uno de los motivos de la ruptura de Lutero. Lo mismo me respondieron tres historiadores consultados (uno medievalista y los otros dos de historia de las religiones). No comprobé nada más, máxime cuando ese documento no tenía la menor importancia dentro del conjunto del libro de referencia, y lo di por bueno. Las críticas recibidas desde algunos teólogos católicos, tras la publicación del libro, no sólo no pusieron en duda la "autenticidad" de la Taxa Camarae sino que argumentaron que "ese documento es del siglo XVI y la Iglesia actual no tiene nada que ver con ello..."

Aunque, al reproducir el texto, no tenía la referencia original de su fuente, ni a mi, ni a los expertos consultados que lo leyeron nos cupo la menor duda acerca de la autenticidad de un texto que se daba por publicado en 1517, una fecha, precisamente, en la que se agudizó hasta el límite el escándalo de la concesión de indulgencias a fin de recaudar fondos para la construcción de la basílica de San Pedro -aunque, en realidad, la mitad de lo recaudado por las promulgadas en 1514 estaba destinado a pagar las deudas que Alberto de Branderburgo (arzobispo de Maguncia y encargado de publicar la bula) tenía con el Banco de los Fugger- y se inició el enfrentamiento de Lutero contra las indulgencias clavando sus 95 tesis en la puerta del castillo de Wittemberg.

Hace escasos días (3-12-01), tras recibir un e-mail con parte de una investigación que sostenía la falsedad de la autoría de León X respecto a la Taxa Camarae, volví a recabar la opinión de los expertos consultados años atrás y todos se ratificaron en que ya conocían, antes de que yo se lo mostrara, el contenido del documento denominado Taxa Camarae y reproducido en mi libro, pero ninguno de ellos tenía referencia de la fuente original.

En línea con lo afirmado en el apartado anterior, cabría pensar que: o bien el documento denominado Taxa Camarae es falso y ha sucedido lo mismo que con los famosos Protocolos de los hijos de Sión (1), que muchos estudiosos en todo el mundo dieron por auténticos y sirvieron para justificar la masacre de cientos de miles de judíos --una maniobra de falsificación, acoso y descrédito que con anterioridad ya había realizado la Iglesia católica española para justificar la expulsión de los judíos (2) --, o lo que ocurre es algo similar a la historia de otros muchos documentos embarazosos y escandalosos de la Iglesia que han sido siempre negados y ocultados por ésta, tal como ha sucedido, por ejemplo, con la falsificación papal del documento conocido como Constitum Constantini o Donatio Constantini.

En los textos clásicos de la historiagrafía católica se da siempre por auténtica la llamada Constitum Constantini o Donatio Constantini, que no es más que un documento criminal, falsificado por el papa romano hacia el año 754 en connivencia con la corte del emperador Pipino el Breve. En ese documento, su supuesto firmante, el emperador Constantino, otorgó grandes propiedades y desmedidos privilegios religiosos y civiles al papa de Roma... que sirvieron de base, nada menos, que al imperio que hoy se personaliza en el Estado Vaticano (refundado en 1929; desde el punto de vista legal el primer Estado de la Iglesia debería ser cuestionado ya que se conformó mediante un acto jurídicamente nulo al instituirse mediante un documento falsificado por sus beneficiarios). En este caso nos encontramos ante el ejemplo contrario, la Iglesia católica falsificó un documento, se lucró como nunca jamás ha hecho nadie y negó su delito hasta el siglo XIX (hoy ya no hace falta negarlo, simplemente se ha olvidado todo el mundo de este episodio).

En fin ¿es la Taxa Camarae una impostura que pretende lo contrario que los documentos antes aludidos, falsificados por la Iglesia, y que ha sido originada en el anticlericalismo de los siglos XVIII y XIX? Tal como se ha argumentado anteriormente, no puede haber una respuesta definitiva a tal cuestión. Lo que dice el documento es coherente con lo que vino sucediendo en la Iglesia católica medieval y que no es secreto para nadie, pero algo bien distinto es, obviamente, que tal listado de horrores fuese puesto por escrito y firmado por el papa al que se le atribuye. Antes de reproducir la Taxa, ninguno de los expertos consultados, catolicos o no, dudó de su autenticidad --también la dió por auténtica el jesuita que me entregó la copia del texto--, por eso lo incluí en mi libro, aunque como un aspecto muy menor y absolutamente tangencial (de hecho aparece como anexo porque era demasiado extenso para quedarse reducido a una nota a pie de página, que es lo que debió ser). Tampoco, hasta hoy, había recibido objeción alguna, antes al contrario, de expertos de diversos países que me han enviado correcciones y ampliaciones muy meticulosas al contenido del libro donde fue reproducida, pero sin cuestionarla en absoluto.

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El histórico antisemitismo alemán fue adoptado también en otros países de Europa central y occidental y, claro está, en la parte oriental del continente, donde jamás perdieron vigencia los modos medievales contra los judíos. En 1881 comenzaron las masacres organizadas, denominadas pogroms, que fueron una política gubernamental deliberada para desviar el descontento social y político de los trabajadores y campesinos rusos hacia unas víctimas bien diferenciadas. La difusión de un panfleto de contenido falso, Los protocolos de los hijos de Sión, que pretendía revelar una conspiración judía internacional para dominar el mundo, publicado primero en Rusia, en 1905, y luego en toda Europa, fue un detonante que, sumado a un conjunto de elementos sociopolíticos, propició cientos de miles de muertes sólo en Rusia.

Entre las dieciocho acusaciones habituales contra los judíos recogidas por Amador de los Ríos, en 1845, la sexta señala: "en remembranza de la muerte que dieron a Jesús, sacrificaban los Viernes Santos a niños o jóvenes cristianos, poniéndoles en una cruz y bebiendo de su sangre". Un bulo que trascendió el terreno de la calumnia para convertirse en causa de persecución judicial cuando el poder político, siempre subyugado a la influyente Iglesia, se convirtió en brazo ejecutor de un delirante odio religioso, racial y socioeconómico. Así, por ejemplo, Alfonso X el Sabio, en sus Partidas, VII, XXIV, ley 2, ordenó: "Et porque oyemos decir que en algunos lugares los judíos ficieron et facen el día del Viernes Santo remembranza de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo en manera de escarnio, furtando los niños et poniéndolos en la cruz, o faciendo imágenes de cera et crucificándolas cuando los niños non pueden haber, mandamos que, si fama fuere daquí adelante que en algún lugar de nuestro señorío tal cosa sea fecha, si se pudiere averiguar, que todos aquellos que se acercaren en aquel fecho, que sean presos et recabdados et aduchos ante el rey; et después que él sopiera la verdad, debelos matar muy haviltadamente, quantos quier que sean."
Miles de judíos fueron torturados y ejecutados en toda Europa al ser culpados de crímenes que jamás cometieron. Cuando un niño cristiano desaparecía o moría en circunstancias extrañas (ahogado en un río, por ejemplo), sobre todo en los días inmediatos al Jueves y Viernes Santos, el populacho -justificado por la Iglesia y amparado por el poder civil- penetraba en las juderías y masacraba un sinnúmero de hebreos. Para desencadenar tal furia, no hacía falta siquiera que el cadáver apareciese, bastaba con que se extendiese el rumor de la supuesta desaparición de un niño para que comenzase el degüello.
Un crimen inexistente, el del llamado Santo Niño de La Guardia, provocó un proceso inquisitorial, organizado y dirigido por fray Tomás de Torquemada en 1491, que desembocó en el decreto de 1492 por el que fueron expulsados de España todos los judíos no bautizados. El proceso y las detenciones de judíos y conversos por el supuesto rapto y asesinato del Niño de La Guardia -al que los testigos dieron nombres y edades muy diversas y cuyos restos jamás aparecieron- comenzó en diciembre de 1490 y, según las declaraciones de los acusados, obtenidas bajo tortura, naturalmente, éstos, por indicación del gran rabinazgo francés (¿¡!?), pretendieron causar la muerte de los inquisidores envenenando el agua de las fuentes mediante una mezcla hecha con la sangre del niño y una hostia consagrada que habían robado.


Intercambio de correspondencia con un representante de apologetica.org

De: "Nino Mendoza" <ninomendozaes@yahoo.es>
Para: <emaaps@pepe-rodriguez.com>
Asunto: Material para su información (Taxa)
Fecha: domingo, 09 de diciembre de 2001 10:42

Estimado Sr. Rodriguez: Gracias por su atento mensaje.
El material que viene al fin del mismo no me es extraño, pertenece al trabajo de investigación que estamos haciendo. El contenido de ese trabajo, en la versión que usted me envía, está recortado y cambiado (desconozco quién se lo ha hecho llegar. La versión que se quiere publicar va aquí adjunta en su sustancia, y podría sufrir cambios y actualizaciones.
Le pediría que lo lea atentamente y nos haga saber su opinión lo más pronto posible.

Mientras tanto permítame decirle que es mi parecer que, si los sentimientos manifestados en su mensaje son auténticos, y sobretodo si usted está dispuesto,basado en la documentación que le adjunto, a retratactarse de modo conveniente, esto podría cambiar los planes de publicación y de divulgación que al momento estamos considerando. Creo le interesará saber que, dada la grave calumnia diseminada por todos lados con la publicación de ese documento atribuído a un Papa, y dado que, a juzgar por los datos que se aportan, no se tiene ninguna prueba de su autenticidad, los responsables de esta investigación tienen pensado dar a sus conclusiones toda la resonancia posible, particularmente en el ámbito ibérico; la razón es que desde el punto de vista científico y, más aún, desde un punto de vista ético, es muy grave publicar un documento denigrante y atribuírselo a una persona pública, que en este caso representa a millones de personas, sin tener la más mínima prueba, o bien basados en que "un tal documento está en consonancia con la época". Con respecto a sus amigos historiadores y teólogos, tal vez ellos le puedan dar una mano: si le aseguraron a usted a ciencia cierta y sin sombras de duda que tal documento existía, es de pensar que alguna prueba tangible tendrían. Háganos llegar la referencia que ellos le den, y con gusto la comprobaremos.
Hay algo importante: usted parece exigir, para el retiro de dicho documento de sus publicaciones y para la oportuna retractación, que se le presente a usted autor, fecha y circunstancias de la verdadera producción del documento. Esto, con poco que se piense, es completamente absurdo. No somos nosotros los que debemos urgar por toda la literatura del mundo producida en los últimos quiñentos años para ver si encontramos al autor de un documento que nadie sabe de dónde viene, de qué año es, ni cómo se llama (los datos que usted da, a saber, León X, 1517 y Taxa Camarae no resultan en ningún sentido). Por el contrario, es usted quien da a conocer el documento y el que debe procurar la fuente verificable antes de publicarlo, o al menos, como en este caso, sacarlo de circulación inmediatamente por no tener la fundamentación oportuna. No creo sea necesario extenderme más en algo tan evidente, sobretodo para una persona que, a juzgar por su curriculum, conoce perfectamente el proceder científico.
Le pediría la gentileza de hacernos llegar las eventuales fuentes de ese documento lo más pronto
posible, de modo que podamos echar un poco de luz sobre esta situación con la madurez que pide el caso.En la eventualidad de que no haya fuentes serias y verificables, le pediría nos comparta cuáles serían los pasos a seguir de parte suya, para aclarar al gran público sobre la falsedad del documento.

De más está decir que usted puede obrar como mejor le parezca mejor, y dar oídos o no al material que le presentamos. Simplemente es nuestra intención cooperar con usted, en lo posible, a que esta situación calumniosa provocada por sus publicaciones pueda concluirse para bien de todos.
El material que le envío hace relación a material externo, que será disponible al momento de la
publicación en la red. También hay alusiones a estractos de su correspondencia con el Sr. Tapfer y con quien le habla que serán oportunamente referenciadas.

Atentamente,

N. Mendoza

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De: "Pepe Rodríguez" <emaaps@pepe-rodriguez.com>
Para: "Nino Mendoza" <ninomendozaes@yahoo.es>
Asunto: Re: Material para su información (Taxa)
Fecha: lunes, 10 de diciembre de 2001 1:27

Estimado sr. Mendoza,
tal como considero que es justo y necesario, en mi web he incluido las aclaraciones oportunas y he añadido lo fundamental de su investigación.
Creo que no tiene objeto eliminar ahora esta página de mi web ya que manteniéndola se permite que quienes la visitaron o leyeron mi libro puedan contrastar los datos de su probable falsedad. Pero ni antes ni ahora tengo el menor interés en mantenerla, insisto en que es un tema absolutamente menor e insignificante dentro de mi critica a la Iglesia (en cualquier caso, suponen una muestra de corrupción muy superior, a mi juicio, sucesos actuales como el caso del encubrimiento de una red de menores en la diócesis de Barcelona, creo que más que suficientemente documentado, o los casos de las violaciones de monjas... y decenas de otros asuntos tremendamente importantes).
Por mi parte, intentaré averiguar, tan pronto me sea posible, cual fue el origen de una cadena de reproducciones de este texto que quizá comenzó en época de León X o tal vez hacia el siglo XVIII.
También celebraré que ustedes intenten ser más objetivos en sus apreciaciones. Dicen, por ejemplo: (curiosamente, la Taxa es una de las pocas cosas que de su libro el Sr. Rodríguez publica en el sitio web de su autoría, permitiendo así que cualquier persona en el mundo conozca la invención monstruosa que el Sr. Rodríguez, sin ningún escrúpulo, atribuye al Papa León X). En primer lugar, seguro que no desconocen que de mi libro "Mentiras..." hay en total 443 kb de información frente a los 50 Kb que dedica a la Taxa. No es, por tanto, "de las pocas cosas", sino todo lo contrario. Veo que lo que me acusan a mi define mucho mejor al autor de tamaña manipulación. Por otra parte, es obvio, para ustedes y para mi, que la reproducción de la Taxa no es una "invención monstruosa" mia, no tengo la imaginación ni la mala fe de muchos eclesiásticos, sino que se limitó a la reproducción de un documento que creí verdadero, así como también los expertos que consulté. Si alguien busca alguna "invención monstruosa" las encontrará tanto dentro como fuera de la Iglesia, pero no en mis libros (puedo equivocarme, pero jamás mentiré a sabiendas)... por ejemplo podríamos empezar por la falsificación de los hallazgos de la excavación arqueológica que concluyó con la declaración papal de que san Pedro anda enterrado por donde se le adora. Creo que mentir a sabiendas para hacer un negocio descarado debe ser pecado, máxime si lo hace un papa ¿o no?.
En fin, les agradezco su crítica, pero les ruego que se mantengan en el marco académico, porque la Iglesia, por desgracia (y lo digo sinceramente, créame), no es la institución que más puede alardear de honestidad.

Atentamente.

Pepe Rodríguez
http://www.pepe-rodriguez.com

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De: "Nino Mendoza" <ninomendozaes@yahoo.es>
Para: "Pepe Rodríguez" <emaaps@pepe-rodriguez.com>
Asunto: Mensaje recibido
Fecha: lunes, 10 de diciembre de 2001 16:49

Sr. Rodríguez: acuso recibo de su mensaje, y de lo publicado por usted en su sitio (al día de la fecha,10/12/01). Nos alegra poder arrojar algo de luz sobre el tema. Nuestra publicación se hará esta semana, si Dios quiere. Lamento lo de "las pocas cosas", pero si uno vé el índice temático de su libro en la red, allí aparecen pocas cosas accesibles en linea, entre otras la Taxa. De todos modos, esa afirmación será sacada del escrito. Cualquier observación que le parezca pertinente será sinceramente agradecida.
En otro orden de cosas, no decimos en ningún lugar que la Taxa sea su invención (aunque faltando toda prueba en contrario, muy bien se podría pensar). Si se comprueba, por otro lado, la única fuente más antigua que sus fotocopias hasta el día de la fecha, a saber, un supuesto libro de Teófilo Gay (no sabemos que libro, y en cualquier caso no lleva tampoco la fuente, según parece) entonces quedará claro que no la inventó usted. Sin embargo, y una vez más, atribuir a alguien -como usted lo hace- un documento de ese calibre sin ninguna prueba en absoluto es, académicamente, una monstruosidad, y dígame usted si me equivoco o hay una palabra más apropiada. La apelación que usted hace una y otra vez a "sus amigos teólogos e historiadores" puede servir -de hecho así es- para mostrar de dónde habría sacado usted sus "pruebas" sobre la veracidad de tal documento, pero... trate usted de usar semejantes "pruebas" para fundamentar algún punto de la tesis doctoral que está preparando, y veremos si los Dr. Casas Aznar y Cornejo Alvarez lo aceptan.¿Porqué lo debe aceptar el resto del mundo?
Las acusaciones que usted constantemente hace a toda la Iglesia Católica en bloque y de todos los tiempos de ser poco menos que la corrupción infinita encarnada es muy impertinente. ¿No le parece una generalización un tanto infantil?
Por eso, su petición de que "nos mantegamos en el marco académico", al margen de parecernos muy
acertada, la esperamos también de parte suya: en este contexto no entiendo del todo qué tienen que ver con la Taxa... Pepino el Breve, la Donatio Constantini (nos ocuparemos de esto también), el tráfico de niños en Barcelona, las violaciones de monjas, la Monita Secreta, los Protocolos de los Sabios de Sión, la expulsión de los judíos no bautizados de España o los huesos que están bajo la basílica de San Pedro. Para serle honesto, semeja el hilo argumentativo de los Testigos de Jehová y otras sectas.

Atentamente,

Nino M.

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De: "Pepe Rodríguez" <emaaps@pepe-rodriguez.com>
Para: "Nino Mendoza" <ninomendozaes@yahoo.es>
Asunto: Re: Mensaje recibido
Fecha: martes, 11 de diciembre de 2001 10:35

Sr. Mendoza,
Tal como puede comprobar por todos los índices de mis libros que aparecen en mi web, la intención no es que estén accesibles en línea, ni mucho menos, quien se interese por alguno puede buscarlos en una biblioteca o en una librería o en ninguna parte. Mis libros sólo están en papel y pronto estarán en formato e-book, pero decidí dar acceso en la red a determinados capítulos o fragmentos o resúmenes. Eso es todo, y sin duda es muchísimo más de lo que ofrecen las webs de los miles de autores que hay en la Red.
Me permitirá que le contradiga, pero cuando en su trabajo se afirma "la invención monstruosa que el Sr. Rodríguez..." es obvio que se me está acusando de haber inventado ese documento y esa es una acusación no sólo grave sino indigna de quienes trabajan con la minuciosidad que lo hacen ustedes y, además, demuestra absoluta mala fe cuando conocen que existe la tal cita del 1800 del tal Teófilo Gay (aunque sea sin referencia). Por mi parte tengo una copia de todo un librito en el que aparece la Taxa, fue editado en Barcelona en 1936 y es radicalmente anticlerical (un ejemplar típico de esos días en España), tampoco da referencia de la fuente y reproduce fielmente el texto que yo había fotocopiado en francés, pero, en cualquier caso, no es nada relevante, me interesa ir mucho más allá. Quiero saber quién fue el autor de ese documento, lo demás no me importa en absoluto. Pretender que yo lo inventé, como siguen diciendo ustedes, es una total cretinez, pero ustedes son muy libres de difamar como les venga en gana.
Sin duda, atribuir el tal documento a quien, en principio, no parece ser su autor, es un error (aunque el documento reproducido era cierto -quizá no real- y fue confirmado por fuentes académicas que se supone saben muchísimo más que yo), pero hablar de "monstruosidad académica" es andar por caminos interesadamente errados, primero porque saben, o deberían saber antes de criticar, que mi libro no se trata de un "trabajo académico" sino de uno divulgativo (aunque, en la forma con que trabajo, debe tener la misma seriedad de contenido que uno académico, pero con otro lenguaje y con menos revisión sistemática de bibliografía y fuentes diversas... que puede inducir a un presunto error grave como el que nos ocupa, cierto, pero podemos encontrar este defecto en miles de libros de historiadores, teólogos y otros padres de la patria académica; no soy el único pecador, aunque el pecado de otros no redime el mío... si es que lo es, que ya se verá en su día). Entrando en su campo de trabajo, ¿no deberían considerarse también una "monstruosidad académica" buena parte de las falsas atribuciones de autoría a textos bíblicos que han caracterizado los trabajos, particularmente católicos, hasta hace bien poco e incluso hasta hoy? ¿No deberían ser tan o más "monstruos" que yo todos esos insignes sabios católicos de todos los tiempos que fueron incapaces de distinguir los muchos textos bíblicos que no fueron escritos por el autor que pregonaron? ¿No deberían ser algo así como seres abyectos, según su criterio, los cientos de sabios que no supieron reconocer la diferencia entre el Isaías y el Deutero-Isaías? ¿No rayarían la demencia o el despropósito quienes leyeron en forma futura el texto escrito en pasado de Is 7 con el fin de justificar la a todas luces imposible profecía del Emmanuel? ¿Qué decir de los sabios, académicos y doctores católicos que de las tres almah que hay en el A.T. sólo tradujeron por "virgen" la de Is 7 (para casarla con la profecía imposible) mientras que las otros dos se tradujeron por su término correcto de doncella o muchacha? Mire usted, si hay que hablar de académicos que han mentido y mienten a sabiendas para defender su visión creyente, le puedo dar miles de nombres. Puede comenzar por leerse el Catecismo oficial de la Iglesia y compararlo con las Escrituras. Es probable que yo me haya equivocado, pero jamás mentiré a sabiendas tal como reconoció hacerlo el propio Pablo (acusado de emplear engaños para defender su visión del cristianismo, se justificó diciendo: «Pero si la veracidad de Dios resalta más por mi mendacidad, para gloria suya, ¿por qué voy a ser yo juzgado pecador» (Rom 3,7) y como es propio en muchos de sus seguidores. Puedo tener muchos defectos, pero jamás caeré en este tipo de aberración. Así es que, si le place, le ruego que revise su texto y elimine los insultos gratuitos que en él hay, no porque me ofendan, sino porque desmerecen su pretendida objetividad.
En otro aspecto, le aseguro que mi tesis doctoral no apela a vagedades -no es una mera revisión bibliográfica ni un compendio de teologías académicas-, se basa en una investigación estadística muy compleja y uno de mis directores es uno de los metodólogos más estrictos y exigentes que puede encontrarse. Y por mucho que le fastidie a alguno de los redactores del texto que leí, seré doctor cuando me de la gana terminar con mi investigación (cosa que, dicho sea de paso, no implica ni garantiza absolutamente nada, conozco a muchos doctores que son de una burrez infinita, casi milagrosa).
Dice "Las acusaciones que usted constantemente hace a toda la Iglesia Católica en bloque y de todos los tiempos de ser poco menos que la corrupción infinita encarnada es muy impertinente. ¿No le parece una generalización un tanto infantil?". Sería infantil si fuese cierto lo que dice, pero resulta que en mis libros suelo matizar lo suficiente, pero resulta curioso que los creyentes más radicales (debería usar otro término, pero estoy de buen humor), que no han leído mis libros, me hacen la misma acusación que usted, mientras que los que han seguido mi obra opinan lo contrario. En cualquier caso, cada cual es libre de opinar lo que quiera. Pero, conociendo muy a fondo muchas instituciones actuales y pasadas, debo confesarle con dolor que sí, que pienso, como muchos otros, que jamás ha existido una institución tan corrupta como la Iglesia católica (su cuerpo de gobierno, claro) y ello es perfectamente compatible con los muchos miles de hombres y mujeres maravillosos que dan la vida por los otros en todo el mundo. Dentro de la Iglesia cabe todo esto y más; yo tengo el derecho y el deber de criticar lo uno y, también, de apoyar lo otro, cosa que hago mandando importantes sumas de dinero a sacerdotes católicos que están haciendo una importante labor en Latinoamérica o en la India. Es probable que esté equivocado, pero sin duda no lo estaré menos que la caterva de católicos fanáticos que piensan que todos sus críticos son idiotas asilvestrados y manipuladores. Es bien posible que el dios católico guste poner a unos frente a otros, como en un espejo, para intentar compensar las aberraciones intelectuales que arrastramos como monos presuntamente pensantes.
Por otra parte, como parece ser que no hay más falsificaciones que las que se hacen contra la Iglesia, los ejemplos que añado sólo son un ínfimo indicio de la calidad falsificadora de la propia Iglesia. Falsificaciones que producen toneladas de millones en moneda contante y sonante (alguno de ustedes tuvo la desfachatez de acusarme de falsificar la Taxa para ganar dinero... ya lo dice el refrán: cree el ladrón que todos son de su misma condición). Ustedes insinúan mi falta de honestidad o mi corrupción en beneficio de quien sabe qué intereses, pues bien, los casos mencionados de abusos sexuales y su encubrimiento por la cúpula clerical es otro pequeño ejemplo. ¿que le parece que tales insignificancias "semejan el hilo argumentativo de los Testigos de Jehová y otras sectas"? Pues mire que le vamos a hacer, quizá convenga pensar en que mientras hay cientos de sacerdotes católicos condenados por abusos sexuales... no los hay entre Testigos de Jehová, esos pobres seres (que así dicen verlos desde la prepotencia institucional católica; véase los "trabajos" sobre sectas de los "expertos" católicos, que, salvo excepciones, son pura catequesis que reproducen decenas de mentiras y carecen de la menor reflexión psicosocial seria), quizá argumenten patéticamente -tan mal como lo hago yo, según ustedes- pero son bastante más honestos que una parte notable de sus colegas (según la Universidad de Salamanca, el 10% de los abusos sexuales cometidos en España lo han sido por sacerdotes; la referencia de esa investigación académica es bien conocida).
En fin, tengo demasiado trabajo para proseguir con discusiones bizantinas.
Creo que hemos entrado en la vía de aclarar lo que debía aclararse y eso era lo único importante, lo demás, paja mojada.
En cualquier caso, si como me dice en otro mail, en su artículo incluye fragmentos de mi correspondencia privada con el señor Tapfer, debo sugerirle que se limite a reproducir, sin descontextualizar, sólo la que he mantenido directamente con usted. Mi punto de vista queda claro y así debe seguir, del mismo modo que el suyo queda patente en mi web. Otra cosa sería manipulación en busca de intereses bastardos que, supongo, no están en su horizonte personal.
Un fuerte abrazo,

Pepe Rodríguez
http://www.pepe-rodriguez.com

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De: "Nino Mendoza" <ninomendozaes@yahoo.es>
Para: "Pepe Rodríguez" <emaaps@pepe-rodriguez.com>
Asunto: en contacto
Fecha: sábado, 15 de diciembre de 2001 16:06

Estimado Sr. Rodríguez: he estado viajando estos días,sabrá disculpar la tardanza de mi respuesta. Le haremos llegar en breve el resultado final de nuestro pequeño estudio, con nuevo material, que se publicará en la red. También hemos sacado lo que podía resultar hiriente a su persona (no es nuestra intención en absoluto) siguiendo sus sugerencias y una lectura más atenta del artículo. El juicio de valor académico y ético queda firme. Ni siquiera hemos obtenido ninguna información sobre la supuesta publicación de la Taxa en algún libro de Teófilo Gay. Hemos buscado sus libros aunque sin resultado. Habrá que seguir insistiendo oportunamente. Sin duda será interesante si podemos dar con el autor. De todos modos, como usted mismo nota, el único valor que tendría la información en los libros de Gay es mandar la Taxa un siglo para atrás, ya que según los datos que manejamos, en los libros de Gay no habría tampoco ninguna alusión a ninguna fuente.
Hemos obtenido la autorización del Sr. Tapfer para publicar la correspondencia tenida con usted, y que él gentilmente nos ha hecho llegar: notablemente, le pareció bien a él mismo hacerla conocer, tal vez por haberse sentido defraudado por la Taxa (que él blandió contra un buen número de católicos por un tiempo considerable). En la publicación de dicha correspondencia hemos conservado solo lo que tiene relación directa o indirecta al único asunto que nos ocupa: la autenticidad de la Taxa como documento emanado del Papa León X.
Una vez más, cualquier sugerencia será bienvenida.
Lo saludo atentamente, y le deseo tenga un buen tiempo natalicio.

Nino Mendoza

 

 


Investigación bibliográfica que refuta la autoría por parte de León X de la Taxa Camarae y afirma la presunta falsedad de este documento

Redacción de Apologetica.org

 

La bibliografía consultada

1. Fuentes para los documentos papales

- Bullarium, Diplomatum et Privilegiorum Sanctorum Romanorum Pontificum, editada por Gaude, desde 1857 al 1882; treintaicuatro volúmenes, todos los documentos desde San Pedro al 1829; los documentos de León X están en el Volumen V, Turín (1860) pp. 537-775. Aquí están todos los documentos relevantes, en su versión original latina, con fecha, circunstancias y cualquier otro dato de interés. De aquí tomamos la lista que aparece más adelante, y aquí recorrimos documento por documento.

- Hay una edición más antigua, la Collectio bullarum et constitutionum de Giusto Fontanini, Roma (1752). Trae lo mismo que el anterior sobre León X.

- Más antigua aún: Compendium Bullarii, de Flavio Cherubini, Roma (1623): lo mismo.

- Más atrás aún: Bulle diversorum Pontificum incipiente Ioanne XXII usque ad Paulum Papam III, de Luis Gomes, Roma (1542): lo mismo.

- Hemos visto otras colecciones, antiguas y recientes, que podemos investigar, en la eventualidad de cualquier sugerencia bibliográfica que se nos haga llegar.

Hacemos notar que son fuentes de primera clase, editadas en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. No existe nada mejor, salvo los mismos archivos, que fueron estudiados por estas colecciones, y por los autores que se citan más abajo. Por otro lado, los documentos salían en copias, no se trataba de un solo ejemplar. ¿Cómo puede ser que ninguna colección de bulas y documentos realizada por históricos en base a decenas de archivos de decenas de bibliotecas de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX no traiga ninguna mención de ninguna Taxa, ni nada que se le parezca?

2. Historias de la Iglesia

- Manual de la Historia de la Iglesia, de Hubert Jedin, Tomo V (Barcelona, 1972). Todo el "manual" son diez volúmenes. Nada sobre un documento semejante.

- Historia de la Iglesia, de Flichte-Martin, Tomo XVII (el volumen completo está dedicado al tiempo de León X). Toda la obra son treinta volúmenes. Hemos buscado pacientemente sin encontrar ninguna pista.

- The Oxford Encyclopedia of the Reformation, en cuatro volúmenes, nuestro Papa en el volumen 2. Nada sobre el tal documento.

Note el lector la envergadura de estas obras. Si alguien nos señala una obra de igual o mayor importancia que las mencionadas, vamos a consultarla inmediatamente.

3. Obras especializadas

- Geschichte der Päpste seit dem Ausgang des Mittelalters (1305-1799), de Ludwig Pastor, diesiseis tomos en veintidós volúmenes, Freiburg/Brsg., 1886-1933. Se puede ver una biografía -en alemán- y un resumen de la actividad gigantesca de este historiador en el artículo del Biographish-Bibliographishes Kirchenlexicon. Hemos consultado, además de la versión alemana, varias otras versiones más al alcance del publico en general, que se pueden ver en las bibliotecas importantes: la versión en inglés The History of the Popes, Consortium Books (USA) 1908, volumen VII (son cuarenta en esta versión); la italiana Storia dei Papi, donde todo el volumen IV (Roma, 1960) está dedicado exclusivamente a León X (577 páginas de formato grande); la versión en español Historia de los Papas, los volúmenes VII y VIII (Barcelona, 1911), enteramente dedicados a León X.

La Columbia Encyclopedia resume así la obra historiográfica de Ludwig Pastor:

1854–1928, German historian. The author of the monumental and authoritative History of the Popes from the Close of the Middle Ages (40 vol., tr. 1891–1953), he combined a Roman Catholic bias with the most painstaking scholarship and erudition. He was privileged with access to the secret archives of the Vatican, and his history, largely based on hitherto unused documents, supersedes all previous histories of the popes. Pastor’s theme is that the shortcomings of the papacy have reflected flaws of the age. Although not an unqualified defender of Catholicism, he has been criticized for lack of objectivity. He was Austrian minister to the Vatican from 1921.

Con respecto a la crítica que algunos le hacen por "falta de objetividad" (como en la dicha Enciclopedia), vale la pena notar que esto se podrá referir -en caso de que la acusación tenga motivos, cosa que dudamos con buenos fundamentos- a la interpretación de los hechos que Pastor hace; después de todo, el análisis de los hechos es siempre algo muy subjetivo; pero esto de ningún modo significa que llegase por ejemplo a callar la existencia de un documento semejante, lo cual iría contra su misma naturaleza. Pastor era un historiador nato. Nadie puede dudar de la veracidad de sus estudios: estuvo dieciséis años investigando en los archivos secretos del Vaticano y del Laterano, y recorrió más de doscientas ciudades de Europa y sus más importantes archivos (puede verse por ejemplo el The Oxford Dictionary of the Christian Church, 1997, al voz "Pastor Ludwig von", p. 1229). The Oxford Encyclopedia of the Reformation que citamos más arriba dice en la bibliografía de las páginas 418-419 que la obra de Pastor sobre los Papas es "la mejor historia del Pontificado de León X" ("the best account of Leo's Pontificate").

El Grande Dizionario Enciclopedico UTET (obra de veintisiete volúmenes), volumen XV, Turín (1989) p. 557 dice de Pastor (traducimos del italiano, resaltado nuestro):

La obra de Pastor representa una mole de estudio muy notable; la tesis católica del autor no le impide de exponer y criticar con toda libertad lo obrado por algunos Papas del Renacimiento, mientras que la riqueza de documentación le permite corregir muchos de los prejuicios más comunes, sobretodo de parte de los protestantes.

En su obra, Pastor trata las finanzas, las indulgencias, la reforma, la vida de la curia, los documentos, la política, el clero, etc. bajo el pontificado de León X. No hay aspecto que no haya sido tratado, en base exclusivamente a documentos.

Pues bien, Pastor desconoce absolutamente la supuesta Taxa Camarae y no da indicios de ningún otro documento que se le parezca siquiera remotamente. No solo eso. En su obra encontramos estas conclusiones:

Las bulas pontificias [de León X] expusieron la doctrina de las indulgencias con absoluta exactitud dogmática (volumen VI, p. 304). Las bulas pontificias acerca de la indulgencia, no ofrecían fundamento ninguno para estas tesis [los abusos del predicador Tetzel]. (idem, p. 315).

- Vita e Pontificato di Leone X, de Guglielmo Roscoe, Milán (1817), una obra de doce volúmenes exclusivamente dedicada a León X. El tema de las indulgencias y la reforma en el volumen V. Ninguna alusión a ningún documento del estilo de la Taxa.

- Geschichte der Päpste de Franz X. Seppelt, en seis volúmenes. León X está en el volumen IV, München (1957). Nada sobre la supuesta Taxa ni sobre ningún documento que se le parezca.

- Dizionario Storico del Papato, preparado por Ph. Levillain, en dos volúmenes, Milán (1996). Allí en la voz "Leone X" encontramos nada sobre la Taxa.

- Enciclopedia dei Papi, editada por el Istituto della Enciclopedia Italiana (2000, tres volúmenes). Tomo 3, pp. 42-64: todo sobre León X (la obra no es religiosa sino "laica"). Resultado: ninguna mención a nada que se le parezca.

- Enciclopedia dei Papi, dirigida por Giuseppe Alberione, dos volúmenes, Catania (1964). Nada.

- The Medici Popes, de Herbert M. Vaughan, Washington/London (1908, re-impreso en 1971). Lo correspondiente a León X en las pp. 100-284. Aunque es muy franco sobre los elementos de decadencia de la época, ninguna mención a un documento semejante.

- Hay obras especializadas sobre León X en latín, francés y alemán, de los siglos XVII al XX. De estos hemos revisado los respectivos "índices de documentos citados en la obra", y no hay ninguna Taxa Camarae.

4. Otras obras

- Handbuch der Europäischen Geschichte de Theodor Schieder, ocho volúmenes. Nuestro Papa en volumen III, Stuttgart (1979). Nada.

- Damos fe que hemos consultado otras obras monumentales sobre la historia de Italia y de Roma, escrita por diversas instituciones, algunas absolutamente a-religiosas. Hemos consultado historias del derecho canónico en sus fuentes. No encontramos ninguna alusión a dicho documento. Las críticas que se hacen sobre el asunto de las indulgencias se dirigen, en todas las obras consultadas, a los abusos en la aplicación de la doctrina que se daban en determinados lugares. Ninguna obra testifica ningún documento de León X que manifieste siquiera algo de la corrupción que muestra la Taxa.

Las conclusiones de la investigación

PRIMERA CONCLUSIÓN: La Taxa Camarae no existe, es un fraude.

León X, Papa desde 1513 a 1521 (se puede ver el artículo sobre su vida -en inglés- en "The Catholic Encyclopedia") firmó los siguientes documentos (bulas y decretos; los citamos, como es costumbre, con las dos o tres palabras iniciales del documento original, en latín):

1513
Dum singularem 19/03
Etsi a summo 4/07
Sedis Apostolicae 15/08
Dum suavissimos 5/11
Pastorali officii divina 13/12
Apostolici regiminis 19/12
1514
Merentur vestrae 2/01
Supernae dispositionis 5/05
Etsi pro cunctarum 28/06
1515
Regimini universalis 4/05
Inter multiplices 4/05
Inter solicitudines 4/05
Inter graves 25/05
Cum sicut nobis 29/05
Summi bonorum 16/07
Salvatoris nostri 19/07
1516
Temerariorum quorumdam 13/03
Constituti iuxta 16/03
Ex debito 29/08
Romanus Pontifex 1/10
Inter curas 2/11
Pastor aeternus 19/12
Supernae maiestatis 19/12
Inter alia 19/12
1517
Inhaerendo vestigiis 19/02
Pacificus et aeternus 1/04
Ite et vos 29/05
Licet felicis 12/06
Intelleximus quosdam 13/11
Licet alias 6/12
1518
Nuper in sacro 1/03
Romani Pontificis 1/09
Intelleximus quod 14/12
1519
In supremo Apostolicae 1/03
Excelsus Dominus 1/05
Quam Deo 23/7
Dudum cum 1/09
Pastoralis officii debitum 10/09
Dudum per nos 10/12
1520
Cum Sixtus 3/01
Pastoralis officii debitum quo 18/1
Omnes quidem 23/01
Illius qui caritas 28/01
Salvator noster 19/05
Exurge Domine 15/06
Pastoris aeterni 6/10
1521
Decet Romanum 20/01
Honestis petentium 15/02
Licet per alias 25/03
In apostolicae dignitatis 22/06
Ex supernae dispositionis 11/10

Estos son todas las bulas y decretos importantes que firmó León X.

Al respecto notemos:

1.- Las fuentes de este listado se pueden ver en la bibliografía consultada (ver más arriba); son las colecciones que se hacen en base a los documentos de archivo.

2.- La lista fue confeccionada por gente del EIE, no está tomada de ningún otro lado. Como verá el lector, no hay ningún documento llamado Taxa Camarae. Pero "tal vez se trate de un nombre puesto a posteriori, en consideración del contenido"... Podría ser, por lo cual revisamos todos y cada uno de los documentos de 1517. Resultado: Nada parecido a la Taxa Camarae. Pero tal vez -se podrá pensar- se trata de un documento de otro año". Concedido. Revisamos todos y cada uno de los documentos del papado de León X. La conclusión es siempre la misma: Nada ni siquiera parecido a la Taxa Camarae.

3.- Recorriendo el material emanado de León X, encontramos, al contrario, documentos de reforma de la situación eclesial, reformas que - como declaran los históricos (consultar la bibliografía citada) - no fueron llevadas a la práctica debidamente, y eso fue sin duda una de las causas del estallido de la "reforma" protestante. Por ejemplo: en el Supernae dispositionis, en los incisos 16, 34-37, de León X, se lee (lo que va entre [] es nuestro, la traducción es nuestra):

16.- [está hablando de los cardenales] ...quienes, por su mismo estado, deben sobrepasar a los demás cristianos en la limpieza de sus vidas y el esplendor de sus virtudes. Por lo cual no solamente les exhortamos y amonestamos, sino que establecemos y les mandamos [...] que según la doctrina de los Apóstoles de tal modo vivan sobria, santa y castamente que se abstengan no sólo del mal, sino hasta de toda apariencia de mal, y así brillen ante los hombres por sus buenas obras y den culto a Dios sobre todas las cosas. Que todos sean vigilantes en el espíritu y atentos a la celebración del oficio divino y de la Santa Misa, y conserven sus capillas e iglesias del modo que pide la naturaleza del lugar, como ha sido la costumbre desde siempre. Que las casas de los cardenales, sus familias y sus mesas no sean un testimonio de fasto y pompa, ni de nada superfluo ni de cualquier manera reprensible, de modo que no den con ello causa alguna de pecado y de exceso, sino que, al contrario y como corresponde a su oficio, puedan convertirse en un verdadero ejemplo de modestia y frugalidad.

[...]

34.- Para que particularmente los clérigos vivan de modo casto y continente, según lo prescriben los cánones, establecemos que los que obren contrariamente sean castigados estrictamente, según los cánones. [En la supuesta Taxa se lee, por ejemplo: "El fraile que por su mejor conveniencia o gusto quisiere pasar la vida en una ermita con una mujer, entregará al tesoro pontificio 45 libras, 19 sueldos"]

35.- Si alguno, sea este laico o clérigo, fuera culpable del crimen por el cual viene "la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia" (Ef 5,6) [son las inmoralidades sexuales], sea castigado tanto por los sagrados cánones como por la justicia civil.

36.- Los concubinos, sean laicos o clérigos, sean penados por los mismos cánones, y que de ningún modo sean excusados de sus pecados ya por la tolerancia de sus superiores, ya por la mala costumbre iniciada -cosas ambas que mejor llamaríamos "depravación"- ya por cualquier otra excusa, sino que sean castigados severamente según lo prevé el derecho [...]

37.- Y para que las manchas y pestes de la nefasta simonía [compra de los cargos eclesiásticos, viene de Simón el mago que quiso comprar a los Apóstoles el poder de hacer milagros; ver Hechos 8, especialmente v. 18] no sólo sean definitivamente expulsadas de la Curia Romana, sino también de toda institución cristiana, renovamos con la presente los decretos de nuestros antecesores y las constituciones de los Concilios que se han declarado todos contra los tales simoníacos y ordenamos que las mismas leyes sean respetadas sin excepción ninguna y sean aplicadas, y los que obren contra dichas leyes queremos que sean debidamente castigados. [Uno de los pasajes de la Taxa decía: "El que por simonía quisiera adquirir uno o muchos beneficios, se dirigirá a los tesoreros del Papa, que le venderán ese derecho a un precio moderado"]

Baste este ejemplo para ver el tenor de los edictos que firmó León X. Se puede ver aquí la Supernae dispositionis 16, y aquí los incisos 34-36, fotografías tomadas por EIE. Nos consta que todos los decretos son a este tenor. Cabe preguntarse: ¿Podría un mismo Papa escribir estos documentos de reforma y algunos años más tarde otros del tipo de la Taxa?

Encontramos, curiosamente, un documento de León X (Inhaerendo vestigiis ¡de 1517!) dedicado todo él a delatar y detener a los que falsificaban documentos y los hacían aparecer como provenientes del Papa o de otros oficiales de la curia. Es decir, consta clara e inequívocamente que durante el pontificado de León X (y ya antes, como dice el documento) circulaban documentos falsos... (puede verse aquí el documento papal).

Agregamos a continuación algunas palabras sobre León X que escribiera nada menos que Martín Lutero, en una carta dirigida al Papa en 1520, tres años después de la supuesta Taxa:

"Tu fama y la fama de tu vida recta se conocen en todo el mundo. [... Luego de describir sin ambivalencias una corte papal corrupta con la pluma que lo caracteriza, Martín Lutero dice a León X:] Pero tu, Santo Padre, eres como una oveja en medio de lobos, como Daniel en medio a los leones y Ezequiel entre los escorpiones. ¿Cómo harás para oponerte a estos monstruos tu sólo? Concedamos que atraes a ti tres o cuatro cardenales sabios y santos, ¿qué podrán hacer estos en medio a los otros? [Continúa la crítica a la curia, y luego dice:] De esto me he dolido siempre, óptimo León, que has sido hecho Pontífice en estos tiempos, siendo digno de tiempos mejores"

(Tomado de M. Luther, Werke Volumen VII, Weimar (1897) pp. 3-11 con el texto en alemán, y pp. 42-49 con el texto en latín; la carta está firmada el 6 de septiembre de 1520 en Wittenberg, Alemania; traducción nuestra del texto latino)

¿Conocía Lutero la Taxa Camarae? El Sr. Rodríguez dice que "este documento -la Taxa- y otros similares forzaron la comprensible ruptura de Lutero" ¿Cómo puede Lutero escribir a León X del modo como le escribió si León X era el responsable del documento monstruoso que nos presenta Pepe Rodríguez? Alguno podría pensar que las palabras en favor de la rectitud de León X son irónicas. Sin embargo la lectura de la carta en su totalidad excluye esa posibilidad (Lutero no ahorra epítetos contra todo el mundo curial, y le dedica su buena parte también a León X por "no hacer lo que debe" para impedir los escándalos). Tampoco se podría tratar de mera adulación, cosa que el mismo Lutero, en la misma carta, declara una actitud "abominable".

¿Es posible que el documento no esté en estas colecciones de bulas, pero que exista igualmente en alguna otra parte? Ciertamente es posible. Pero ... ¿dónde? ¿Dónde podemos encontrar al menos una mínima y aunque sea indirecta referencia al mismo? En la literatura que hemos consultado, los autores han hecho sus trabajos en base a todos los documentos papales de numerosos archivos, y ninguno de estos autores sabe nada de tal documento.

Además del trabajo de investigación sobre las fuentes que hemos mencionado más arriba, podemos aportar aquí el testimonio de tres personas cualificadas (guardamos el anonimato): el decano de Historia de la Iglesia de una universidad pontificia de Roma; el decano de la facultad de Derecho Canónico de otra universidad de prestigio, que es también titular de la cátedra de Historia de las Fuentes del Derecho Canónico; y el responsable de la sección histórica de la Biblioteca Vaticana; los tres desconocen una bula o disposición semejante.

Es curioso constatar también que ninguna de las obras históricas citadas más arriba siquiera menciona la existencia de una tal bula o documento, como podría ser si se tratase de un documento controvertido, y se dijese por ejemplo: "La Taxa es tenida por algunos como auténtica, por otros como espuria..." etc. El motivo de esta ausencia es claro: la Taxa carece de toda autenticidad, ninguno de los historiadores encontraron nada parecido a la Taxa. ¿Podría darnos alguien otra explicación sobre este silencio? ¿Será que todos los historiadores citados, enciclopedias, diccionarios, documentos... se han puesto de acuerdo para hacer silencio sobre la Taxa Camarae? ¿O será más bien que es una invención, una leyenda negra?

No hemos dejado fuera del elenco ninguna obra que revisamos, por traer esta algún dato que vaya contra nuestra postura: en otras palabras, todas las obras que hasta el día de la fecha hemos visto desconocen la Taxa, ninguna la reporta ni reporta documento parecido.

Cabe preguntarse: ¿porqué poner en boca de León X un decreto falso y aberrante? ¿Cuáles eran las intenciones del verdadero autor? La única respuesta cuerda que nos parece tener algún sentido es esta: León X fue el Papa que condenó las proposiciones de Martín Lutero (Exurge Domine). Para quienes odian a la Iglesia, la Taxa sugeriría claramente la siguiente conclusión: "Vean ustedes, los católicos, cuál fue el Papa que condenó a Lutero: un perfecto delincuente".

Tomado de las páginas de Pepe Rodríguez