DE NUESTROS LECTORES



¿Y TÚ DE QUIÉN ERES?

Fotografía de MªAngeles Vallet Quizás al leer esto, te venga a la cabeza la popular canción del grupo “No me pises que llevo chancla”.

Si escuchas bien la canción, te darás cuenta que es una critica de una realidad de nuestra sociedad: el querer etiquetarnos, o ubicarnos a la fuerza, y esto, lejos de ser una metáfora, es una realidad.

Parece necesario o imprescindible estar ubicados en algún partido concreto (en el mundo de la política), o en algún movimiento religioso( si eres creyente), o en algún piso de la escalera socioeconómica del sistema.

Esto, creo, podría deberse a un problema psicológico colectivo que se contagia a tu misma psiquis, de que debes estar ubicado en algo, en algún patrón, para así tranquilizar al personal que esta observando (que por regla general solemos ser muchos, y si no líbrese el que pueda), de que tu estas encajado dentro de este u otro patrón, y así ellos poder hacerse una caricatura mental de cómo serás, que haces, como vivirás etc.

Esto se podría caricaturizar de un modo muy sencillo: Te bajas a la plaza de tu barrio y te sientas a tomarte una cervecilla cuando se acerca el vecino del quinto, a conversar, resultando que es comunista y se para a charlar y a tomarse algo contigo: Esto se suscita en varias ocasiones, resultando que tú (a los ojos de los mirones) eres comunista. Pero mira por donde otro día se sienta contigo el del Bloque numero seis, que es del Partido Popular, así que se rumorea que te cambiaste de chaqueta (como se dice por aquí abajo) y así sucesivamente, hasta que un día se acerca uno sigilosamente en medio de una conversación (como si tu no pudieras darte cuenta) y te pregunta: «¿Y tú de quien eres...?»

Entonces percibes la innata vocación del ser humano de ubicarte (no por ello queriendo decir que sea malo tal cosa) y la perplejidad de su mirada cuando tu contestas: «¿Yo? De nadie».

A veces creo que todos estamos un poquito sordos, o quizás es que tenemos las facultades atrofiadas, porque nuevamente te vuelven a preguntar: «Pero bueno, ¿a que perteneces?».

Aun más perpleja es la mirada cuando , esta vez con aire de firmeza pero a la vez de no importarte mucho: De todos y de nadie....

¡¡¡Entonces la cara es de lo más pintoresca!!!, quizás propia de los cuadros de Picasso....

Esto se materializa y engrandese aun más en el campo religioso.

Como anécdota diré que en la puerta del colegio de mi hija casi siempre se reúnen algunas mamás musulmanas (de estas que llevan la cabeza tapada y esas túnicas largas), y a veces me acerco pues una de ellas es vecina y una chica muy agradable que conversa conmigo alegremente cuando me ve. Al cabo de un tiempo otra mamá (curiosilla), vino y pregunto: ¿Y tu con esas qué?...

Quizás por mis rasgos andaluces, mezcla árabe-judío, pueden haber pensado que soy de esos lares.

Últimamente me relaciono con personas del mundo católico (algunos muy buenos amigos que están muy adentrados en estas esferas) y a veces los he acompañado en sus reuniones, y muchos otros en el mundo protestante acompañándoles sin perjuicios a veces a sus respectivas reuniones, por lo que ya se podéis imaginar...

¿Cual es la pregunta de turno? ¿Y tú de quien eres?...

Y aquí si que me encanta decir de todos y de nadie. Pero claro como esto es difícil de asimilar, la pregunta cuando no la rumorologia se repite: Pero, ¿y tú de quien eres...?

Entonces para perplejidad de quien pregunt suelo decir: ¡Cristiana Agnóstica! lo que les lleva a pensar que me he metido en una nueva secta.

Pero es que después de un tiempo de reflexión, creo que es lo que soy. Cristiana porque creo en Cristo, su evangelio y trato imperfectamente de imitarle. Agnóstica, porque no pertenezco, por el momento, a ningún grupo en particular, pues quizás cómodamente, he aprendido a coger todo lo bueno de todos y soltar lo que no me agrada, igualmente de todos.

Y es que si soy creyente, pero nunca quiero ser religiosa, pues esto aunque aparentemente pudiera parecer lo mismo, esta a años luz una cosa de la otra.

Como dice Antonio Gala, (uno de mis escritores preferidos) en una reflexión sobre la religión, en su libro La Casa Sosegada: «“... hay apostasías, sectas, inquietudes, más autenticidad...Ahora bien, ¿Saben los implicados que la religión es una búsqueda del reino de Dios y su justicia, o no es nada (peor que nada: un decorado triste con que cubrir la propia podredumbre)? ¿Saben que la religión, lo mismo que el amor, no es susceptible de socializarse, por mucho que se empeñen los jerarcas, porque es antigregaria?. Se comparten creencias, gestos, rúbricas, pero no el ultimo silencio en que la criatura, si quiere, se reencuentra-se religa- con el Creador».

Creo que en pocas palabras, (algo habitual en este escritor) dice mucho y expresa muy bien mi sentir.

Así que, ¿Y tú de quién eres?

Ángeles Vallet