ESTUDIOS DE LAS ESCRITURAS

¿Agradan a Dios la Costumbres Populares?
(Parte 1 de 2)

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"Todo lo que vale la pena lo podemos ganar y nada de verdadero valor perder al esforzarnos por agradar a Dios en todo".

Así comienza el capítulo 16 del libro La Verdad que lleva a Vida Eterna, publicado en 1968 por la Watch Tower Bible and Tract, agencia legal que utilizan los Testigos de Jehová para publicar y distribuir sus doctrinas. ¿Su título?: 'Costumbres populares que no agradan a Dios'. En él, se enumeran algunas de las muchas costumbres populares que son rechazadas por los testigos de Jehová, como desagradables a Dios.

Y efectivamente, nuestra creencia firme en Dios, nos debe de llevar a estar alerta sobre las cosas que le agradan, y las que le desagradan, porque, viéndolo desde el lado positivo, 'todo lo que vale la pena lo podemos ganar y nada de verdadero valor perder', tal como dice el encabezamiento de ese capítulo. Creemos firmemente que el esforzarnos 'por agradar a Dios en todo' no es pérdida y que Dios no es injusto para olvidar estos esfuerzos.

Cuando ojeamos a nuestro alrededor, observamos el proceder de millones de personas, que han perdido el sentido de lo que es correcto e incorrecto, y que avanzan en una deslizante pendiente, hacía el fracaso, con la teoría de que todo es correcto, todo esta permitido, y todo es beneficioso. Esto, evidentemente es erróneo y muy perjudicial para quien lo cree y lo practica. También es erróneo pensar que las costumbres populares, por el hecho de ser populares, tienen que ser beneficiosas de por sí.

¿Qué es una costumbre? Se ha definido una costumbre como "práctica que ha estado establecida por largo tiempo y ha llegado a ser considerada como ley no escrita". También es "un uso o práctica que es común a muchas personas..., o es habitual en el caso de un individuo." Como término jurídico, aplica a "ley no escrita establecida por... práctica uniforme."

Como ejemplo ilustrativo de esto, el capítulo 29 de Génesis, recoge una costumbre que tenía que ver con la negociación que se efectuaba para pedir la mano de una hija. Jacob tuvo que trabajar siete años para Labán antes de recibir a su esposa, pero cuando se cumplieron estos siete años, y Jacob fue a recoger a Raquel, fue engañado por Labán. Éste no le dio a Raquel, sino a su hija mayor, Lea. ¿Por qué? Labán dijo: "No se acostumbra hacerlo así en nuestro lugar, el dar la menor antes de la primogénita." (Gén 29:15-28.)

Sí, era 'costumbre' pagar cierta dote por la novia, que se establecía y acordaba con el padre de ella, (en este caso, siete años de trabajo) y en el caso de las familias de aquél tiempo, era costumbre el casar primero a la mayor. Jacob tenía que someterse a dicha costumbre.

Algunas costumbres son sumamente agradables, interesantes, muy placenteras, y contribuyen al disfrute de la vida. Otras son pesadas cargas que atribulan a las personas. Por otro lado, no todas las costumbres son agradables a Dios. Todos comprendemos este hecho, y deseamos que nuestro proceder refleje siempre una buena moralidad, unos buenos modales, y una dignidad que alabe a Dios.

Este deseo, del todo encomiable, se alía muy a menudo con la obcecada ignorancia, a la hora de enjuiciar a Dios sobre sus gustos o disgustos. Con facilidad, elevamos nuestros pensamientos a los propios de Dios (Isa 55:11) y tratamos de determinar las costumbres, los hábitos o las formas de actuar que son objeto de atención por parte de Dios, y que le ofenden sobremanera. Esto lo hacemos a pesar de que las mismas están arraigadas en lo más profundo del ser humano, son procederes que no están expresamente prohibidos en la Biblia, y son absolutamente inocentes, inofensivos para quien los realiza.

Este modo de pensar no es nuevo, pues el pueblo judío, escogido de Dios, con el transcurso de los siglos fue creando una Ley aparte de la que Dios les impuso, y en ella fue reflejando sus opiniones sobre lo que gustaba y disgustaba a Dios.

Esta ley conocida como Talmud, era un claro reflejo de la estrechez de miras que el pueblo judío había utilizado para adoptar costumbres que agradaban o desagradaban a Dios. En realidad era un reflejo de lo que agradaba y desagradaba a ellos mismos, que se auto proclamaban 'maestros' de ley.

Es por eso, que Jesús condenó a estos hombres, que estaban muy preocupados por cosas peque as, ínfimas, de poca importancia, diciéndoles: " Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque dan el décimo de la hierbabuena y del eneldo y del comino, pero han desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia y la misericordia y la fidelidad. Era obligatorio hacer estas cosas, y sin embargo no desatender las otras cosas. Guías ciegos, que cuelan el mosquito pero engullen el camello!" (Mt 23:23, 24.)

Y es que cuando nos adentramos en el mundo de lo permitido y lo prohibido, de lo que agrada y desagrada a Dios, con facilidad caemos en el error de pensar que a Dios desagradan cosas que a nosotros nos desagradan. Cuando esto se impone a un grupo, y transcurren los a os, llega a convertirse en ley de vida a quien lo ha venido rechazando por a os. Se crea en él una conciencia de que tal costumbre o práctica es incorrecta y desagrada a Dios, de tal modo que solo con mencionarla, provoca reacciones adversas.

Pablo razonó del siguiente modo: "Yo sé, y de ello estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada de sí mismo es contaminado; solo cuando el hombre considera que algo es contaminado, para él es contaminado." (Ro 14:14)

Tales palabras, fueron dichas por Pablo en relación con alimentos, pero es un principio que se extiende a muchas cosas, especialmente a cosas que por tiempo se nos han prohibido, (como pasaba por ciertos alimentos en el pasado) y a causa de un cambio peculiar, decidimos reexaminar dicha prohibición, la examinamos meticulosamente en cada detalle y tratamos de trazar una línea entre lo que está permitido y lo que está prohibido. Los que la han venido rechazando por años, a pesar de los argumentos a favor que se exponen, siguen reaccionando en contra, siguen creyendo que tal costumbre, inofensiva en sí, es un detalle que preocupa a Dios, como si el reino de Dios significara comer, o beber, o celebrar tal o cual fiesta.

Por otro lado, los que se auto proclaman 'organización de Dios', y se dedican a trazar líneas de lo permitido y lo prohibido, caen a menudo en contradicción al aceptar unas y rechazar otras. Olvidan que estamos tratando un tema muy serio. Estamos determinando lo que gusta o disgusta a Dios. Él no nos ha dado una larga lista identificando tales costumbres. Para determinar esto, dependemos de la opinión que nos hemos hecho de él, de los conceptos que hemos absorbido en los muchos a os que hemos estado asociados con cierto grupo, y en contacto con sus ideas.

En la gran mayoría de los casos, provenimos de un grupo religioso que determinaba lo que agradaba y desagradaba a Dios. Nosotros no teníamos que preocuparnos, pues los dirigentes de los Testigos siempre han creído en la incapacidad que tiene el adepto de a pié para tomar decisiones responsables. Toman al testigo por un individuo inútil, hasta que se reestructure por completo su forma de pensar. Deben limpiarle la mente de la perspectiva de vida de antaño y reprogramarle íntegramente. Es por eso, que el neófito testigo de Jehová no tiene que esforzarse por discernir lo correcto o incorrecto de una costumbre. Cuando se acerca al grupo ya está todo dicho y escrito. Él, no tiene capacidad ni autoridad para determinar qué costumbres o qué hábitos desagradan a Dios.

¿Cómo determinan los testigos de Jehová las costumbres populares que no agradan a Dios?

El libro que cité al principio, sigue diciendo: "No todas las costumbres populares son malas. Pero desagradan a Dios si están arraigadas en la religión falsa o si de alguna otra manera están en conflicto con los principios bíblicos."

Estos dos amplios baremos, en manos de un grupo religioso como éste, son bastante tendenciosos, pues si las costumbres populares que desagradan a Dios, son las que están arraigadas en la religión falsa, entonces, como para los testigos de Jehová, ellos son la religión verdadera, y todas las demás son falsas, la solución es bien fácil: las costumbres populares que desagradan a Dios, son todas las que practican las demás religiones, es decir, todas las que ellos determinan, y punto. No se puede discutir, pues ellos son los jueces de lo que gusta y disgusta a Dios.

Desde esta perspectiva, ellos se sienten autorizados, no solo a determinar qué costumbre desagrada a Dios, sino el momento que una costumbre comienza a desagradar a Dios, y por tanto, se atribuyen la prerrogativa para determinar dicho momento en que se debe de dejar de practicar esa costumbre. Hasta 1926 estuvieron celebrando la Navidad y los cumpleaños, y hasta principios de 1930, utilizaban la cruz, como símbolo del lugar donde fue ejecutado Jesús, sin que hasta la fecha, hayan revelado cómo determinaron que tales costumbres no agradaban a Dios, y quién descubrió tal hecho, aunque todos los dedos apuntan al 'juez' Rutherford como el iluminado'.

Como ellos consideran 'religión falsa' a todas las religiones, no es extraño que, entre la lista de procederes populares que ellos deducen, desagradan a Dios, se encuentren todas las fiestas religiosas, todas las costumbres populares que están enraizados en el pueblo, y que tienen sus orígenes en costumbres de características religiosas. Es decir, para ellos son detestables todos aquellos hábitos que recuerden un proceder católico, evangélico, musulmán, etc., aunque dicho hábito no tenga nada que ver con la religión.

Las premisas utilizadas por los testigos de Jehová para determinar si una costumbre desagrada a Dios, son básicamente cuatro:

1 .- Sus orígenes. Se suelen examinar las raíces de tal costumbre: a quién se dirigía, quién lo practicaba, qué tipo de acciones se realizaban en el pasado, con objeto de determinar si tal costumbre era pagana. Para ello, suelen describir el proceder realizado, comparándolo con el proceder que se utilizaba en la adoración de algún ídolo del pasado. Por lo general, citan de alguna Enciclopedia de renombre que reconoce sin ambages: 'Esta costumbre es de origen pagano'.

2 .- Su veracidad. Se suele exigir que tal costumbre esté en conformidad con la verdad, de tal modo que si dentro de la costumbre existe cierta fantasía o falsedad, la misma se rechaza. Se suelen utilizar textos bíblicos para recalcar que Dios es "el Dios de la verdad", y que "los que le adoran tienen que adorarlo con espíritu y verdad". Esto lo hacen, a pesar de que la creencia o costumbre sea absolutamente inocente.

3 .- Su centro de atención. Si el eje de la costumbre tiene que ver con alguna persona o institución fuera de Jehová, y si para honrarla se utiliza un acto, imagen o fiesta, se considera que tal persona o entidad es foco de adoración, y por tanto se rechaza tal práctica.

Y 4 .- Sus efectos. Generalmente buscan resultados de los excesos que provocan, los que utilizan tal costumbre para 'proceder en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales.' (1Pe 4:3.) Esto, junto con las estadísticas de crímenes, accidentes y muertes de tales fiestas, lleva a establecer que la costumbre y no las personas, desagradan a Dios.

Algunas de las costumbres que ellos prohiben sólo abarcan una de estas premisas para ser rechazadas. Otras, tienen dos o tres. Con grandes dotes de persuasión, y con vigorosas afirmaciones, transforman en malignas, costumbres insignificantes e inofensivas, con unas cuantas citas de Enciclopedias ajenas a ellos, y con poquísimas y muy genéricas citas bíblicas, ya que en la mayoría de los casos la Biblia no se pronuncia sobre dichas costumbres.

El caso es que no se utilizan los mismos criterios a la hora de rechazar una costumbre como indeseable. Sucede a menudo, que peque as costumbres muy arraigadas entre los propios Testigos, y que tienen algunos de los elementos antes señalados que ellos prohiben: origen pagano, falsedades en su contenido, ensalzamiento de personas o excesos de algún tipo, son 'asimiladas' y 'racionalizadas' por ellos con argumentos que son perfectamente válidos para las que rechazan.

Existen costumbres populares prohibidas a los testigos, por reunir uno ó varios de los cuatro enunciados se alados arriba. Las que más trascendencia pueden tener a efectos de apartar al Testigo de a pié del colectivo, son:

EL USO DE LA CRUZ.

La declaración más novedosa por parte de los testigos de Jehová, es la afirmación de que Cristo no fue ejecutado en una cruz, es decir, en un palo o estaca atravesado por otro palo, con los brazos extendidos, sino que murió en un madero enhiesto, sin otro madero que lo cruzara, con los brazos juntos. Ellos dicen que sus manos fueron clavadas, una sobre la otra, por encima de la cabeza.

A esta conclusión llegaron los Testigos a principios de la década de los treinta de éste siglo, y el descubrimiento se debe acreditar al segundo presidente de la Sociedad Watch Tower, que es conocido popularmente como 'juez' Rutherford.

Aunque hasta esa fecha, las revistas y libros publicados por la Watchtower utilizaban la cruz en sus portadas, desde ese tiempo en adelante decidieron que ya no lo harían más, puesto que examinando diversos Diccionarios y Léxicos griegos, se habían dado cuenta, que entre los muchos significados que tiene la palabra staurós , está la de 'palo o estaca derecha.' Hasta un poeta griego como Homero, usó la palabra staurós refiriéndose a un poste o madero ordinario, o a un trozo de madera por sí mismo, según afirman los Testigos en el libro La Verdad, pág. 142!

¿Conclusión? Cristo no fue ejecutado en una cruz, tal como se nos ha venido enseñando y representando por siglos, sino que fue ejecutado en una estaca o palo enhiesto, que era como se habían ejecutado a las personas en el pueblo judío, durante algún tiempo.

Seguro que Rutherford y compañía no sabían de la existencia de la imagen que reflejamos a la derecha, y que se encuentra en el museo de Louvre representando la muerte del dios griego Marsías tal como se recoge aquí, pues de haber visto cómo ejecutaron a este 'dios' pagano, tal vez se lo habrían pensado mejor a la hora de escoger el sistema ó la forma de morir de Jesús.

Es por eso que la Traducción del Nuevo Mundo que ellos utilizan, traduce 'madero' o 'madero de tormento' cada vez que se encuentran con el término staurós o palabras derivadas de el. Los Testigos se toman la libertad, no sólo de traducir "madero", sino tambien de añadir la expresión "de tormento", sin introducirlas entre corchetes [...] como reconocimiento de que tales palabras no aparecen en el texto original, y son una añadidura puesta por ellos.

Independientemente de lo seguro que estoy, de que Rutherford no sabía griego, y que no llegó a leer nunca a Homero, observamos de la parcialidad de los Testigos, que en este punto dan como válida una serie de citas, entre ellas, la de La Cruz no cristiana, que afirma que "no hay ninguna oración en ninguno de los muchos escritos que forman el Nuevo Testamento que, en el griego original, de prueba -aunque sea indirecta- de que el stauros utilizado en el caso de Jesús no fuera sino un stauros [palo o estaca] ordinario." O la de The Companion Bible , que afirma lo señalado sobre Homero, en la página 186 de los 'Apéndices', sin contrastar dicha información con otros diccionarios bien documentados, con Apologías de cristianos primitivos, con Léxicos Griegos, etc.

No contentos con esto, los testigos citan de uno de los opositores más grande que han tenido en vida. La de W. E. Vine, que dijo: "A mediados del siglo 3 d.C., las iglesias se habían apartado de ciertas doctrinas de la fe cristiana, o las habían pervertido. Con el fin de aumentar el prestigio del sistema eclesiástico apóstata, se recibió a los paganos en las iglesias aparte de la regeneración por la fe, y se les permitió mantener en gran parte sus signos y símbolos. De ahí que se adoptara la Tau o T, en su forma más frecuente, con la pieza transversal abajada, como representación de la cruz de Cristo." (Citado de La Atalaya del 1 de mayo de 1989, pág. 23, 24 .)

Con esto, quieren dejar asentado que Cristo fue ejecutado en un palo enhiesto, y que fue la Iglesia Católica, la que de forma interesada y para atraer a los paganos, adoptó un símbolo conocido en el mundo pagano, para revestirlo de tintes cristianos.

Pero cuando uno hace un examen profundo del asunto, descubre la gran falsa montada con respecto a este tema, y muestra el gran desconocimiento que tienen los Testigos de la lengua de Homero, y del uso que éste dio a dicho término. Un estudio hecho por Eugenio Dayans, muestra que el término griego staurós puede significar muchas cosas, entre ellas, y al mismo tiempo, 'palo' ó 'cruz', según el pais y la época que examinemos.

Por eso, independientemente de lo que significara en su origen, si nos situamos en el tiempo de Jesús, podemos afirmar que el término staurós llevaba la connotación de una estaca atravesada por otra. Los romanos le añadieron un palo que atravesaba transversalmente el primero. Este segundo palo, era el que se hacía llevar a hombros al propio reo que iba a ser ejecutado. Éste era el uso que daban a esa expresión los clásicos griegos de aquel tiempo, como se puede comprobar si alguien se toma la molestia de leer El Juicio de las Vocales, de Luciano de Samosata , obra escrita en el a o 140, o La Iliada y Odisea , de Homero. Por otra parte, los Diccionarios Griegos de mayor solvencia, como Dictionare Grec-Francais, de A. Bailly, y el A Greek-English Lexicon , de Liddell y Scott, atestiguan que staurós en el tiempo de Jesucristo, equivalía a cruz.

No es extraño que la mayoría de los comentaristas de los pasajes de la muerte de Jesús, concuerden con el punto de vista de que Jesús fue ejecutado en una cruz, hecha con dos tirantes, cruzados en ángulo recto en la parte superior, como una T, con el madero horizontal algo más bajo, para poder colocar sobre la cabeza del reo, un trozo al cual se adhería la acusación o declaración del delito. (Vea la referencia completa en Comentarios de la Biblia, tomo III, pág. 78, de Adam Clarke.)

El caso es, que como nadie estuvo presente ese día para hacer una fotografía a Jesucristo clavado en el staurós , no tenemos manera exacta de contradecir o ratificar este hecho, y la opinión de los Testigos prevalece como una más. Ahora bien, no podemos estar de acuerdo con la cita que efectuan, en la que se afirma que en el griego original, no hay prueba -ni siquiera indirecta- del significado de staurós . Esto es absolutamente falso, pues si algo existe abundantemente, es, información indirecta de tal ejecución, que está ahí para que cada uno de nosotros la pueda analizar y contrastar.

Deteniéndonos un poco sobre la palabra staurós, es interesante acercarse a una versión griega para ver que dice sobre el término. Por ejemplo, la TNM traduce Lc 23:21 del siguiente modo: "Entonces ellos se pusieron a vociferar, diciendo: "¡Al madero! ¡Al madero con él!". Curiosamente el texto griego dice: 'oi de epephonoun legontes staurou staurou auton' en donde podemos observar el uso repetido de la segunda persona del presente de imperativo activo del verbo staureo , que vendría a significar según los Testigos "¡Enmadérale, enmadérale!", pero que ellos traducen: "¡Al madero! ¡Al madero con él!". Otras versiones lo traducen: "¡Crucifícale! ¡Crucifícale!"

Esta forma de expresarse de los judíos, da a entender que la forma de ejecutar que ellos estaban pidiendo para Jesús era muy popular; tan popular, que tenían un verbo para se alarla. Por qué era popular esta forma de ejecutar? Porque los judíos lo veían aplicar a otros reos. Los judío pedían que se aplicara el sistema de ejecutar reos de sus dominadores. Todos los historiadores hablan de que los romanos tenían una forma de ejecutar a ladrones y criminales: clavándolos en una cruz; mientras que los judios habían tenido la costumbre siglos atrás de ejecutar a sus ladrones en un madero o estaca. Ni siquiera en ese tiempo era así, pues los relatos que hay en la Biblia de ejecuciones, (Esteban, y varias tentativas de matar a una prostituta o el apóstol Pablo) siempre tiene que ver con el apedreamiento. La cuestión sería investigar quién ejecutó a Jesucristo, si los romanos o los judíos.

Y e éste aspecto, los relatos bíblicos son concluyentes: cuando Pilato intentó dejar que los propios judíos juzgaran a Jesús, y lo condenaran, los judíos se excusaron diciendo: "A nosotros no nos es lícito matar a nadie". Esto era verdad hasta cierto grado. Sólo los romanos tenían jurisdicción para ejecutar a alguien, tal como dijeron a Pilato. El poder de condenar a muerte le había sido retirado cuando Arquelao, rey de Judea fue desterrado a Viena, y Judea fue anexada como provincia romana. Su respuesta era evidencia de su servidumbre y sujeción a los romanos. En caso de que hubieran tenido el poder de condenar a Jesús, lo habrían lapilado tal como hicieron en el caso de Esteban, pero nunca lo habrían enmaderado.

El caso es que el registro bíblico dice en el siguiente versículo: "Esto, para que se cumpliera la palabra de Jesús que él había dicho para significar qué clase de muerte estaba destinado a morir." (Jn 18:31, 32.) ¿Y qué clase de muerte se había pronosticado él mismo? La de ser 'alzado de la tierra' (Jn 3:14; 12:32.) Esto sólo se podría cumplir si era condenado por sedición, y era ejecutado por los romanos en una cruz.

Aunque en Juan 19:6 se dice que Pilato, intentaba entregarlo a los judíos para que lo ejecutaran, y en el versículo 16 se dice que "lo entregó a ellos para que fuera fijado en un madero," en el versículo 23 se identifica a la mano ejecutora al decir: "Entonces, cuando los soldados hubieron fijado a Jesús en el madero," es decir, fueron los soldados romanos los que lo ejecutaron.

Otro prueba indirecta del sistema utilizado para ejecutar a Jesús, fue el hecho de hacerle cargar con un trozo de madero que tuvo que llevar hasta el lugar de ejecución. Según algunos comentaristas bíblicos, 'era práctica común entre los romanos obligar a los criminales a llevar sus cruces al lugar de la ejecución.' Tanto es así, que Plutarco la utiliza como ilustración de la miseria del vicio, cuando dijo: "Toda clase de maldad produce su propio tormento particular, asi como todo malhechor, cuando es llevado a la ejecución, lleva su propia cruz."

Esta costumbre era absolutamente romana, y lo que parece ser que cargaba el reo era el trozo horizontal donde les clavaban las manos.

Jesús, evidentemente fue clavado en el madero, con las manos separadas, pues de otra manera, no habría tenido sentido la exigencia de Tomás, que dijo: "A menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta mi dedo en la impresión de los clavos y meta mi mano en su costado, de ninguna manera creeré." (Jn 20:25.) Observe que no habla de un clavo, sino de 'clavos', lo que da a entender que en cada mano le fue incrustado uno como mínimo.

Otro detalle que tenemos que tener en cuenta es que Jesús fue ejecutado junto a dos ladrones. ¿Qué instrumento se utilizó para ejecutar a estos dos ladrones?

La Biblia utiliza el mismo término, es decir, en un staurós. Aunque la TNM trata de diferenciar el staurós en el que fue ejecutado Jesús, con el que se utilizó para los ladrones, a adiéndoles la expresión "de tormento", empero la Biblia no hace tal distinción, por lo que es de entender que el instrumento fue el mismo.

Hay alguna razón para pensar que los romanos, que utilizaban una cruz para ejecutar a los ladrones y sediciosos, en esta ocasión decidieran utilizar un instrumento que era utilizado por el pueblo que estaba bajo su jurisdicción?

Y una quinta prueba indirecta, fue la declaración de Mateo, de que, "por encima de su cabeza fijaron el cargo contra él, escrito: "Este es Jesús el rey de los judíos". (27:35) Si las dos manos, hubieran estado clavadas juntas, esta afirmación no habría sido del todo correcta, pues no habría quedado espacio entre la cabeza y las manos para colocar el cartel.

Por otro lado, razonan, 'que no es normal estimar y adorar el instrumento que se ha usado para asesinar a alguien a quien amamos. Quién pensaría en besar el revolver que se hubiera usado pasa asesinar a una persona amada, o en llevarlo suspendido del cuello de uno?'

Los testigos de Jehová quieren hacer creer a sus adeptos que la cruz, fue simplemente un instrumento de ejecución como lo puede ser una pistola, una navaja, la silla eléctrica o la gillotina, y claro, quién se va a colgar en el cuello, un instrumento con el que mataron a un ser querido.

No explican a sus adeptos que la cruz ó madero fue utilizada por Jesucristo de forma simbólica antes de morir en ella, y fue utilizada por sus apóstoles profúsamente después de este hecho, transmitiendo un sentido a tal instrumento, muy diferente al que se le puede dar a una pistola, una navaja o cualesquier otro instrumento utilizado para matar.

Jesucristo utilizó la cruz como símbolo del derrotero que debían llevar sus discípulos en imitación de él. Dijo: "Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo." (Mt 16:24) porque "cualquiera que no acepta su madero de tormento y sigue en pos de mí no es digno de mí." (Mt 10:38.)

Estas expresiones que repiten Marcos (8:34) y Lucas (9:23; 14:27) con diferentes matices, no tendrían sentido si la cruz ó 'madero de tormento' no tuviera un significado que extrapolara al meramente literal de un objeto de ejecución.

El derrotero de imitación de los pasos de Jesucristo, no es algo que detestar. La 'cruz' eran las consecuencias que les sobrevendrían de tal imitación, que en algunos casos, podría llevarles a la muerte, pero si alguien no estaba dispuesto a llevar esa cruz, no podía ser su seguidor, pues no era digno de él.

De esta forma, la cruz asumía un papel preponderante en la vida del cristiano. Mientras un palo enhiesto recuerda el símbolo de un falo erecto que fue objeto de adoración por diferentes culturas anteriores a la cristiana, (y por lo tanto, sería un desagradable símbolo de un derrotero cristiano), esas dos maderas cruzadas nos recuerdan cada día nuestro derrotero de sacrificio en pos de Jesús, que puede significar muchas cosas en diferentes personas.

La cruz no era un símbolo detestable, tal como no lo era la serpiente que Jehová mandó hacer a Moisés en el desierto, y que los isrealitas tenían que mirar para recuperar su salud. (Núm 21:8, 9; Jn 3:14.) La cruz, como dijo Pablo, era "el poder de Dios", para los que estaban siendo salvados, (1Co 1:18) y en ella se fijan los seguidores de Jesús para recibir la vida eterna.

¿Cómo podría ser 'el poder de Dios' una cruz? Para los 'sabios' de este mundo esto era difícil, puesto que una 'cruz' era se al de debilidad, en una persona que aseguraba venir de Dios y ser el propio Hijo de Dios, pero otros sabían de los efectos para "reconciliar plenamente con Dios a ambos pueblos en un solo cuerpo mediante el madero de tormento." (Efe 2:16) Estos efectos de reconciliación (Col 1:20) llevaban a que los reconciliados no tuvieran que estar afligido por la existencia del documento manuscrito "que consistía en decretos y que estaba en oposición a nosotros", pués Cristo "lo ha quitado del camino clavándolo al madero de tormento." (Col 2:14.) por lo que sus pecados anteriores, pueden ser 'fijados' en esa cruz, sus pasiones y deseos.

Por eso, "los que pertenecen a Cristo Jesús" se pueden gloriar en la cruz o madero de nuestro Señor Jesucristo, tal como hizo Pablo (Gál 6:14) sin temor a quedar avergonzados.

Este simbolismo utilizado con el instrumento que sirvió para matar a nuestro Señor Jesucristo, nos lleva a pensar que tal instrumento era algo más que un revolver, una navaja, o una silla eléctrica. Que este instrumento era el lugar donde los seguidores de Cristo debían mirar con admiración, con respeto, con ternura.

Lo hacen, no rindiendo adoración a tal objeto inanimado, por medio de colocarle flores y velas, sino predicando por el ejemplo y la palabra (1Co 1:23) que en la figura de Jesús clavado en una cruz, está la sabiduría de Dios, que en tal figura clavada en una cruz está el poder de Dios, que en tal figura clavada en una cruz, está el acto de amor más grandioso de Dios para los hombres, y que en tal imagen, por muy débil y estúpida que parezca a otros, recibiremos la bendición de la vida.

No considero sabio por parte de nadie, que en el símbolo cristiano de la cruz, se vean propiedades mágicas, supersticiosas ó dignas de adorar; que tal instrumento en sí, sea objeto de disputa, de poder hacia otros objetos físicos, etc. Puedo admirar una cruz como objeto, porque esté revestida de oro, plata o grandes piedras preciosas, del mismo modo que admiro un reloj o una joya de diamantes. Pero no considero que la cruz deba ser venerada.

La cruz es un símbolo. Independientemente de su origen o de su uso antes de venir Jesucristo, fue el instrumento de ejecución de Jesús, y el llevarla consigo, de la forma que cada uno crea conveniente, como se al de identificación de nuestras creencias en Cristo, no nos convierte automáticamente en idólatras, aunque tal símbolo lo llevemos colgado al cuello ó en alguna joya u objeto de adorno.

Asemejo la cruz a la Biblia en ese aspecto. Aunque yo lleve un ejemplar de la Biblia siempre en mi cartera, o tenga una versión lujosa en mi escritorio, no por eso soy adorador de mi Biblia. Es un libro más, con un mensaje diferente, pero en nada difiere de otros libros de gran renombre. Cada vez que la vemos, nos recuerda que es la Palabra de Dios, pero por ese motivo, no nos sentimos movidos a inclinar la cabeza o hacer una reverencia cada vez que pasamos ante ella. Nadie debe pensar que por llevarla encima, transmite propiedades y poderes diferentes a los de los demás, o que tal libro, físicamente, cambia a las personas, las embruja, o las salva por su mera posesión.

Es lastimoso observar, la superstición casi obsesiva que se inculca a algunas personas para que vean en el símbolo de la cruz, una imagen repugnante. He conocido personas que se han negado a dormir en un hospital, o han dormido a disgusto, hasta que no se ha retirado de la habitación el crucifijo que encabeza la cama; o a otros, que han arrancado literalmente el crucifijo que llevan los ataúdes, porque el finado profesaba la religión de los testigos de Jehová. En los álbums de recuerdo de ellos, no podremos encontrar fotos en los que aparezca crucifijos, porque los rompen. Hasta en repetidas ocasiones, han llegado preguntas a sus dirigentes, sobre si era permisible pertenecer o colaborar con la Cruz Roja, por el hecho que en su denominación aparece la palabra "cruz".!

Esta obsesiva, es parte del sistema de indoctrinación confesional a que están sometidos todas las personas que comienzan a estudiar la Biblia desde su perspectiva.

IMAGENES Y CUADROS RELIGIOSOS.

La doctrina de los Testigos al respecto es bien clara. En el libro La Verdad que lleva a Vida Eterna, pág. 143-4, hacen una exhaustiva exposición al respecto. En este libro, sintetizan:

10 Desde el tiempo del Egipto y la Babilonia de la antigüedad, el uso de imágenes, capillas y cuadros religiosos en el hogar ha sido popular. Estas cosas han sido estimadas por personas que han creído que éstas traerían seguridad y bendición a sus hogares. Pero, ¿agrada a Jehová esta práctica? ¿Aprueba él a los que acuden a objetos materiales de devoción en vez de poner confianza plena en él, el Dios vivo y verdadero?

11 En demostración de que no le agrada el uso de imágenes religiosas como ayudas para la devoción, Dios dio su ley a los israelitas prohibiendo que las usaran. Además él les advirtió contra desear el oro y la plata de las imágenes que hallaran entre los pueblos paganos (Ex 20:4-5; Deut 7:25). Cambió la actitud de Dios al introducirse el cristianismo? No, porque la Biblia muestra que tambiÚn los cristianos evitaron el uso de imágenes (Hechos 17:29), siguiendo el consejo del apóstol San Juan de "guardarse de los ídolos ", caminaban "por fe, no por vista." Cifraban su confianza completa en el Dios invisible.

Concordamos con éste punto de vista. En el Antiguo Testamento estaba severamente prohibido el culto a todo tipo de imágenes, representación plástica de la divinidad o de lo sagrado. Ya el segundo mandamiento del Decálogo lo dice con palabras tajantes: Ex 20:4-5. Queda prohibido todo tipo de imágenes que se presenten como divinidad.

A pesar de esta prohibición tan clara, la primera de la Ley, inmediatamente después de haber prometido cumplirla, el pueblo se fabrica un becerro de oro, y lo adora como Dios, diciendo: "Éste es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de Egipto."

Este pecado de idolatría es causa de que Dios decida destruir al pueblo. Sólo la intercesión de Moisés consiguió que Dios se apiade y le perdone (Ex 32:1-14).

El pueblo de Israel, pueblo muy sensible y carnal, y rodeado de pueblos idólatras, es muy propenso a este pecado de idolatría. Moisés le advierte repetidamente (Deut 4:9-28). Los profetas comparan la idolatría con el adulterio. Es como abandonar a Jehová, el Esposo legítimo, para ir con otros amantes.

La verdadera razón de esta prohibición es que Dios es el Dios único. No se resigna a ser el primero entre los dioses, sino el Dios único. En consecuencia, los demás dioses no son nada. Isaías ridiculiza a los ídolos y a quienes los adoran (Is 44:9-20). Naturalmente, esta prohibición queda en pie en el Nuevo Testamento. Pablo dice en su discurso de Atenas: "Si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre." (Hch 17:29)

Curiosamente, muchos testigos de Jehová desconocen que Dios mandó hacer imágenes al pueblo de Israel, lo que da a entender que la prohibición se refiere directamente a la adoración de dichas imágenes; que no eran las imágenes en sí lo que era maligno a los ojos de Dios, sino la adoración que las personas daban a ésta, creyendo que tal imagen contenía las propiedades personales del ser al que representaban. En Ex 25:10-22, se recogen diversas órdenes que implicaban de fabricación de objetos relacionados con la adoración de Dios: "Harás un arca de madera de acacia... harás un propiciatorio de oro puro... harás además dos querubines de oro."

¿Con qué objetivo? "Allí me reuniré yo contigo; desde encima del propiciatorio, de en medio de los dos querubines colocados sobre el arca del testimonio, te comunicaré todo lo que haya de ordenarte para los hijos de Israel."

Así que la adoración de Dios en esa época no era sin objetos tangibles que recordaran, o relacionaran lo que se veía con lo que se adoraba. El Arca de Dios, los querubines, el propiciatorio, no merecían honores divinos, no se les podía rendir culto como si se tratase de Dios. Pero el pueblo necesitaba también esos signos sensibles. Dios mandó construir esto como signo de la presencia del mismo Dios en medio del pueblo.

Observe un caso muy peculiar: la construcción de la serpiente de bronce que Dios ordenó a Moisés: "Hazte una serpiente de bronce y ponla sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y la mire, vivirá." (Núm 21:6-9.)

Naturalmente, no se trata de que esta serpiente de bronce tuviera ninguna virtud especial, que la pudiese elevar al rango de divinidad. El recurrir a ella era un acto de fe y de confianza en la Palabra de Dios, que les había hablado de esta manera. Cuando, más adelante, el pueblo, desviándose de esta intención, le rinde culto, Ezequías mandó destruirla. (2Re 18:4.)

Jesucristo consideró esta serpiente de bronce como símbolo de sí mismo. En su conversación con Nicodemo dice: "Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna." (Jn 3:14-15).

Algunos dicen que en el Nuevo Testamento, la divinidad toma un carácter nuevo, por el hecho de la Encarnación del Hijo de Dios. Dios sigue siendo puramente espiritual, pero ha quedado íntimamente unido a una naturaleza humana, que es material. Por esta razón, la representación de imágenes de Cristo es completamente lícita, ya que es la representación de alguien que es la imagen de Dios.

Se excusa tal uso de imágenes, diciendo que al igual que llevamos en la cartera la fotografía de nuestra madre o padre, y cuando la abrimos, nos sentimos tentados de besar esa fotografía por lo mucho que representan o han representado para nosotros dichas personas, y por lo mucho que queremos a los que allí se reflejan, el cristiano debe saber que la imagen de Cristo o de personas íntimamente relacionadas con él, son solo una representación, no son la divinidad en sí. Es algo puramente material, y no se puede rendir culto a esta materialidad. Pero, al mismo tiempo, representa al Hijo de Dios, o a otras personas íntimamente relacionadas con él. Es a estas personas, Cristo, María, los Santos, a quienes se rinde culto, que sólo para Cristo es de adoración. La imagen es simplemente una representación y un recuerdo de aquellas personas.

Pero en la práctica, esto no es tan sencillo. Cualquiera que conoce de las costumbres españolas de establecer 'patronas' en cada ciudad, saben de la rivalidad que existen entre los seguidores, pongamos por caso, de la Virgen de la Macarena con los de la Virgen de la Esperanza, o del 'asalto' que cada a o realizan al lugar donde guardan a la Virgen del Rocio, de los piropos que dirigen a tales imágenes y la violencia que se utiliza para tratar de tocarlas o llevarlas sobre los hombros. Esto evidencia que lo que se homenajea no es a lo que la imagenes representan, sino a las imágenes mismas. Sutilezas teológicas significan muy poco frente a siglos y siglos de lo que en realidad se práctica.

Por eso, sin ánimo de ser dogmático, consideramos que las costumbres relacionada con imágenes religiosas que han utilizado los seres humanos en su adoración, son un grave peligro para quien depende de ellas, para quien rivaliza con ellas, para quien propugna la supremacía de unas con otras, para quien se inclina, reza y suplica a ellas, tal vez llevándoles regalos como velas, adornos, o alimentos.

Hay un grave peligro para quien de forma supersticiosa, cree que tales imágenes están revestidas de poderes de bendición o de maldición, para quien cada mes o cada a o, saca a dichas imágenes por las calles en procesión, recubiertas de lujosas joyas y mantos bordados, como si de un Dios se tratara, para quien realiza largas peregrinaciones desde lugares distantes con ánimos de encontrar curación o mejora de sus enfermedades.

Empero es muy diferente la contemplación de obras de arte en museos, en las que se representan imágenes religiosas según las perspectiva del artista, independientemente de las creencias del mismo. Es muy diferente la conservación de las mismas. Es muy diferente el que tales obras aparezcan en libros y Enciclopedias, o que estén en nuestro poder y adornen alguna parte de nuestra vivienda, y sean motivo de comercio como antigüedades u obras de arte.

Es diferente los diversos usos de símbolos que por siglos se han utilizado para recordar aspectos del cristianismo, y que se utilizan como adorno, o como una seña de identificación que se lleva en collares, pulseras o broches.

Cuando tales acciones no tienen nada que ver con la devoción u adoración que se les da, o se les ha dado en el pasado, cada uno es muy libre de actuar como su conciencia le dicte, sin tener que recibir la aprobación o desaprobación de nadie, sino solo de Dios.

Estás diferencias no son discernidas por la mayoría de las personas que han estado 'acostumbrados al ídolo', de tal forma, que en muchos de los casos, la ceguera de relacionar todo tipo de imágenes con la prohibición bíblica de 'hacer una imagen', les ha llevado a ver con desaprobación el que las mismas aparezcan en ediciones bíblicas y Enciclopedias, y no es extra o encontrar en casa de testigos de Jehová, biblias y libros mutilados, porque en los mismos aparecían fotografías de cuadros antigüos que 'ofendían' su conciencia. (Todavía conservo una versión de la Biblia a la que arranqué todas las fotografías interiores de cuadros religiosos con que se ilustraba.)

Estas mismas personas que hace años rompían libros y biblias, en la actualidad coleccionan tomos de Atalayas y Despertad, que tienen esas mismas imágenes de vírgenes, santos y otros, o meramente de símbolos católicos, ¡en las mismas portadas de sus revistas! sin que su conciencia les moleste. ¿Quién ha determinado que ya sí se pueden guardar dichas imágenes en libros y Enciclopedias? ¿Quién es el que determina lo que gusta y disgusta a Dios dentro de los testigos de Jehová, y el momento en que una cosa se puede hacer sin molestar a Dios, y otra cosa se debe descontinuar porque desde ese momento en adelante desagrada a Dios?

PASCUA FLORIDA Y NAVIDAD.

Dos celebraciones que giran en torno a Jesucristo, son catalogadas como indeseables por los testigos de Jehová, porque supuestamente tienen sus orígenes en fiestas y celebraciones paganas, porque están basadas en mentiras, y porque ponen a Jesucristo como centro de atención, y esto le roba honor y gloria a nuestro Dios. Me refiero a la Pascua Florida [llamada Easter en paises de habla inglesa] que conmemora la resurrección de Cristo de entre los muertos, y la Navidad, que conmemora su nacimiento.

Nadie puede negar que tales fiestas, son de origen religioso, y en su origen, fueron patrimonio de la Iglesia Católica Romana. Ellos fueron los originadores de estas fiestas, que colocaron en fechas en las que otros pueblos, celebraban alguna fiesta dedicada a otro dios. Para la Iglesia católica, en su afán por querer introducir el cristianismo a toda costa, en los pueblos vecinos, fue bastante sencillo el buscar una fiesta similar de las muchas que tenían estos pueblos, y transformarlas poco a poco, con matices del cristianismo.

Así, en la celebración de la Pascua Florida, existen serios indicios que "confirman ampliamente el testimonio de la historia en cuanto a su naturaleza babilónica. Los panecillos calientes con cruces del Viernes Santo, y los huevos tintados del domingo Pascual o Easter, figuraban en las ceremonias caldeas [babilónicas] tal como lo hacen ahora." (Citado de The Two Babylons, pág. 107, 108, del Dr. Alexander Hislop)

Y sobre la Navidad, The World Book Encyclopedia, edición de 1966, tomo 3, pág. 416, dice:

"En 354 d. de J.C., el obispo Liberio de Roma ordenó a la gente que celebrara el 25 de Diciembre. Probáblemente escogió esta fecha porque la gente de Roma ya la observaba como la fiesta de Saturno, en celebración del cumplea os del Sol."

Otra enciclopedia denominada Encyclopedia of Religion and Ethics nos dice:

"La mayoría de las costumbres de la Navidad que ahora existen,... no son costumbres cristianas genuinas, sino costumbres paganas que han sido absorbidas y toleradas por la Iglesia... Los Saturnales de Roma suministraron el modelo para la mayoría de las costumbres de celebración alegre de la Navidad."

Curiosamente, a todas estas costumbres, les encuentran detalles que están relacionados con hechos o celebraciones paganas: el adornar la casa con un árbol, con acebo y muérdago, los regalos, las canciones, los dulces típicos de Navidad, etc.

Es decir, para los testigos de Jehová, es absolutamente censurable, el que se celebren ésta fiesta, ¡y hasta utilizan una ilustración muy significativa para negarse a la celebración de ella! En el libro Razonamiento , pág. 114 razonan: "Suponga que una multitud de personas fueran al hogar de cierto caballero y le dijeran que estaban allí para celebrar el cumpleaños de él. El no está a favor de los cumpleaños..."

La ilustración continua pero no dice el porqué el caballero no está "a favor de los cumpleaños."

Es decir, los testigos de Jehová no se pronuncian sobre el hecho en sí de conmemorar el nacimiento o la resurrección de Cristo. Solo hablan de los orígenes y costumbres de tales fiestas, no de la fiesta en sí. Me imagino que no tendrán nada de censurable tales acontecimientos. No existe un mandato específico que ordene a los cristianos el recordar tales fechas, pero tampoco existe un mandato específico que las prohiba. Y el hecho de que los cristianos antiguos no celebraran esos días, tampoco es muy significativo.

Sin embargo, año tras año, las revistas oficiales de los Testigos, cuando se acercan estas fechas, recuerdan con artículos enfáticos, todas las costumbres asociadas de la Navidad, y les dan pautas de cómo comportarse durante estas fechas. Un ejemplo de ello, lo tenemos en Nuestro Ministerio del Reino de Diciembre de 1980, pág. 8, en el que dijeron:

"Nosotros no participamos en las celebraciones religiosas mundanas, ni intercambiamos los saludos tradicionales de los días festivos. Por lo tanto, hay que tener tacto al responder a tales saludos. No hay que hacer del saludo una controversia; más bien, en la mayoría de los casos sencillamente podemos dar las gracias al amo de casa por sus saludos."

Este consejo lo han repetido invariablemente cada vez que se acercan las fiestas navideñas. Por supuesto, no ha quedado ahí la cosa, pues en otras ocasiones se han adentrado más en el tema. Por ejemplo, esto es lo que hicieron en la sección Preguntas a los lectores de La Atalaya del 1 de diciembre de 1979, pág. 31 donde contestaron a la pregunta, de si un testigo de Jehová puede asistir a la comida que muchas familias tienen por costumbre de celebrar el día 25 de Diciembre. Por supuesto, los testigos de Jehová tienen prohibido el asistir a este tipo de comidas, ya sea por la fiesta de Navidad, por la celebración de algún 'santo' o cumpleaños, pero el problema se plantea, cuando el marido no Testigo, exige a su esposa que asista a dicha comida. ¿Qué debe hacer la esposa?

En ese artículo respondieron a la pregunta, y aunque dejaron que la esposa evaluara la situación y las actitudes, dieron tantas razones negativas al respecto, que dificilmente una esposa Testigo se sentiría tentada a participar guisando o adornando la mesa, ni tan siquiera asistiendo a dicha comida.

HONRANDO A HOMBRES E INSTITUCIONES.

He aquí una breve reseña de estas prohibiciones:

DIA DE LOS ENAMORADOS: Con respecto al día de San Valentín, The World Book Encyclopedia (edición de 1973) señala: "El día de San Valentín cae en el día de la fiesta de dos diferentes mártires cristianos que se llamaban Valentín. Pero las costumbres que se relacionan con ese día no tienen nada que ver con la vida de los santos. Probablemente provienen de una antigua fiesta romana llamada Lupercalia la cual se llevaba a cabo cada 15 de febrero. La fiesta honraba a Juno, la diosa romana de las mujeres y del matrimonio, y a Pan, el dios de la naturaleza."

Pero, ¿cómo llegó a convertirse en una llamada celebración cristiana una fiesta en honor de deidades falsas? La misma obra de consulta continua diciendo:

"Después del esparcimiento del cristianimos, los clérigos trataron de darle significado cristiano a la fiesta pagana. En 496, el Papa Gelasio cambio la fiesta de la Lupercalia del 15 de febrero al dia de San Valentín el 14 de febrero. Pero el significado sentimental de la antigua festividad ha permanecido hasta el presente."

Al final del artículo, razonan: "En vista de los antecedentes de religión falsa del día de San Valentín,... no está claro que los cristianos en el primer siglo no habrían celebrado estos días? Por lo tanto, no es correcto evitar esas celebraciones hoy día?" (Citado de Despertad! del 22 de mayo de 1974, pág. 28).

DIA DEL PRIMERO DE MAYO: Nuevamente, citando de The World Book Encyclopedia (edición de 1973) que dice: "Los ingleses y otros pueblos conquistados por los romanos desarrollaron sus fiestas del primero de mayo de los juegos florales."

¿Y a quién honraba esa fiesta? Los Testigos a aden: "Se celebraba en honor de Flora, la diosa de las flores." (Citado de Despertad! del 22 de mayo de 1974, pág. 28.)

DIA DE LA MADRE: Acerca del origen de esa celebración, la Encyclopedia Britannica (edición de 1959), declara lo siguiente:

"Una fiesta que se deriva de la costumbre de la adoración de la madre en la Grecia antigua. La adoración formal de la madre, con ceremonias a Cibeles o Rea, la Gran madre de los Dioses, se realizaban durante los idus de marzo por toda Asia Menor."

Después añaden una cita del Times de Nueva York del 10 de mayo de 1953, en donde dan las 'razones' que llevaron al Congreso de los Estados Unidos, a adoptar el segundo domingo de mayo, como el día de las madres. (Citado de Despertad! del 22 de mayo de 1974, pág. 28.)

El caso es que muchas de las expresiones de tales Enciclopedias, son meras suposiciones, y en muchos casos, no son conclusivas. En la mayoría de los casos, expresiones como "probablemente" "parece ser" y otras, muestran que en muchos de los casos no existe seguridad de lo que se afirma, que son conjeturas bien hilvanadas, pero no definitivas. No es así en el caso de los Testigos, que basándose en ellas, llegan a la conclusión, que hoy, en este mismo momento, la realización o celebración de tales actos o días desgrada al Dios del cielo y la tierra, a pesar de que la Biblia no menciona por nombre ninguna de estas celebraciones.

Lo verdaderamente milagroso de esta información, es que los testigos de Jehová no prohiban a sus adeptos el regalar flores, en vista de que las flores tienen una diosa llamada Flora, o que prohiban a sus adeptos el comer pan, pues entre los griegos existía un dios llamado Pan.!

Independientemente de la veracidad de estos supuestos paganismos en la costumbre de celebrar dias a los enamorados, al primero de mayo, y a las madres, y las connotaciones comerciales que mueven a tales fiestas para su implantación definitiva entre las personas, el caso es que estos argumentos infantiles son los utilizados por la cúpula de los Testigos para prohibir a sus adeptos el realizarlas o celebrarlas.

La cuestión principal que quisíeramos saber, es: ¿Realmente es maligno para Dios en este siglo veinte, el que se celebre una fiesta dedicada al nacimiento de Jesucristo o su resurrección? ¿Puede ver Dios con desagrado que las personas aparten un día al año y lo dediquen a las madres, a los enamorados, a la primavera, o a quien sea, debido a que los orígenes de tales fiestas provengan de una costumbre o fiesta dedicada a dioses falsos? ¿Es condenable por parte de Dios el que costumbres asociadas con dichas fiestas paganas, hayan sido absorbidas por costumbres actuales incorporadas a fiestas absolutamente inofensivas? ¿Son los argumentos que utilizan, suficientemente sólido y consistente como para establecer una prohibición?

Es cierto que Dios expresó su desagrado sobre ciertas costumbres del pasado, pero en todos los casos que lo hizo, fue porque tal costumbre ocasionaba da o físico no solo a los que lo practicaba, sino a terceros. P. ej. los ritos de sacrificar vidas humanas, los de mutilar el cuerpo, los practicados por mediums espiritistas, los que ocasionaban grandes bacanales, etc. Pero curiosamente, en ningún lugar se observa la prohibición de dedicar 'días a', aunque tal práctica supuestamente se observaba en el pasado. Si Dios hubiera observado algo punible en tal práctica, seguro que habría prohibido al pueblo judio el que copiaran dicho acto.

Es de entender, pues, que Dios verá con desagrado prácticas y costumbres que perjudican la salud del ser humano, o que implican dolor y sufrimiento a los animales. No tenemos que esforzarnos mucho para discernir tales costumbres y prácticas.

Independientemente de esto, tenemos que reconocer que es triste que los seres humanos tengan que dedicar 'días' a personas y acontecimientos hermosos como es el amor, el trabajo y las madres. Este comportamiento hipócrita solo se entiende, porque detrás tales celebraciones, existen multitud de intereses comerciales de los que se benefician los propios testigos.

Algunos de ellos tienen negocios, que precisamente esos días, son una fuente de suculentos ingresos: flores, artículos de regalo, ropa y alimentos especiales, durante esas fechas se venden tres y cuatro veces más de lo normal, y los Testigos no se niegan a servirlos, sino más bien se preparan con más mercaderías para atender a todos.

Si tales celebraciones son tan malas e inicuas, ¿por qué los Testigos no se niegan esos días a atender a su público, y de esta manera, no colaborar con el desarrollo y la expansión de tales fiestas?

Ahora bien, hemos visto anteriormente que los testigos de Jehová utilizan generalmente cuatro premisas, para rechazar una práctica o costumbre, y considerarla desagradable a nuestro Dios. Examinemos más profundamente estas cuatro premisas, y veamos su desarrollo en el conjunto de doctrinas que ellos respaldan.

2ª Parte