LA ATALAYA

1 de Enero de 1.999



¿Se Tambalea la Fe de los Testigos de Jehová?

Dedicado con todo mi corazón
a David y MªÁngeles,
para que tengan ánimo y sepan
que "aunque su padre y su madre les abandonen,
el Señor les acojerá."

---ooOoo---

EL DOCTOR actuaba con amabilidad, aunque estaba muy preocupado. A su juicio, la paciente precisaba con urgencia una intervención quirúrgica para salvar la vida. Cuando ella titubeó y le planteó el asunto de las transfusiones, se sorprendió. Al explicarle que por motivos religiosos no podía acceder a una operación que requiriese una transfusión sanguínea, se quedó atónito. Le dio vueltas y vueltas a la situación a fin de encontrar el modo de ayudarla. Finalmente, creyó haber hallado la solución. Le dijo: "Mire, si no acepta una transfusión de sangre morirá, y no creo que lo desee, ¿verdad?".
"Claro que no", contestó la paciente.
"Pero, por lo que veo, aceptarla va en contra de sus creencias, que también son importantes para usted.
Por lo tanto, le propongo lo siguiente: Acepte la transfusión, salve la vida y luego confiésele a Dios que ha pecado y arrepiéntase. De este modo también la volverán a aceptar en su religión."
El doctor tenía buenas intenciones y pensaba que había dado con la solución ideal. Sabía que su paciente creía que Dios es misericordioso. Sin duda era la ocasión más adecuada de aprovecharse de la misericordia divina. Ahora bien, ¿era el consejo tan razonable como parecía?"

No, especialmente cuando este consejo estaba siendo dirigido a una paciente testigo de Jehová, que había sido convencida de que las transfusiones de sangre están prohibidas en la Palabra de Dios. Esta testigo de Jehová había sido persuadida a aceptar esta interpretación de un texto de la Biblia de dos formas: la primera recorre diversos ángulo, 1º) haciéndole creer que la norma de derramar la sangre de los animales que se impuso a los israelitas antes de comer su carne, todavía está en vigor, 2º) que por extensión, lo que Dios prohibió a los israelitas era "comer" sangre, y 3º) que una transfusión de sangre es igual a "comer" sangre.

La segunda forma utilizada para persuadirla fue coactiva: si una persona acepta una transfusión de sangre, es considerada un pecador, y debe ser expulsado del colectivo con el que se asocia, lo que puede conllevar la pérdida de familiares, amigos, empleo, clientes, etc., además de recibir el desprecio más humillante de los que antes se asociaban con él. Por lo tanto, se debe guardar muy mucho de tal proceder

En La Atalaya del 1 de octubre de 1993, págs. 22-25, recogen esta experiencia que hemos relatado, y añaden el argumento disuazor generalmente utilizado por grupos cerrados que pretenden mantener uniformidad en sus filas:

"A veces nos encontramos razonando como el doctor. Quizás nos asustemos cuando de súbito se presenta oposición en la escuela o en el trabajo. O tal vez nos encontremos en una situación embarazosa que nos presione a actuar en contra de nuestra conciencia. Al tomarnos por sorpresa, puede que tendamos a seguir la solución más fácil: hacer lo que sabemos que esta mal y luego pedir perdón.
Por otra parte, a algunos quizás les tiente su propia inclinación al mal. Por ejemplo, un muchacho tal vez afronte una situación que le tiente con fuerza a caer en la inmoralidad. En vez de combatir ese deseo impropio, quizás sucumba, con idea de arreglar luego los asuntos con Dios. Otros han llegado a cometer un grave pecado a sabiendas de que probablemente se les expulsará de la congregación cristiana. Parece que razonaron de este modo: ‘Dejaré pasar un tiempo, luego me arrepentiré y seré readmitido'.
Todas estas situaciones tienen dos cosas en común. En primer lugar, las personas se rinden en vez de luchar por hacer lo que es correcto. En segundo lugar, creen que después de obrar mal, Dios los perdonará automáticamente con tan solo pedírselo."

Así pues, nada de ‘asunto de conciencia', decisión propia u otra serie de expresiones aparecidas en los medios de comunicación y publicaciones editadas por la Sociedad Watch Tower. En el artículo antes citado se advertía sobre el caer en el error de pensar que Dios perdona automáticamente después de obrar mal, con tan solo pedírselo. Incluso, después de ser expulsado de la congregación cristiana [entiéndase, "testigos de Jehová"], razonar que pasado un tiempo, arrepentirse y ser readmitido. ¿Y qué ejemplo ponen para ilustrar tal error? ¡El aceptar una transfusión de sangre a escondidas!

En cambio, cuando miembros del colectivo resisten las presiones para que acepten dicha transfusión a riesgo de su vida o incluso perdiéndola, se alaba su integridad, su valor, y se relaciona tal "integridad" con la fe.

Otro ejemplo de tal relación, fue puesto en La Atalaya del 15 de marzo de 1986, págs. 15-20, en la que se advirtió sobre "los que preguntan si la prohibición bíblica en cuanto a la sangre aplica verdaderamente a las transfusiones". Dicha Atalaya razonó así:

11 Veamos otro ejemplo. Tal vez usted haya oído a alguien preguntar si la prohibición bíblica en cuanto a comer sangre aplica verdaderamente a las transfusiones. ¿Qué idea subyace tras esa pregunta? ¿Acaso es el miedo? ¿Miedo a posiblemente perder su vida o la vida de un ser amado? ¿Se estará desvaneciendo la esperanza en la resurrección? Los cristianos fieles no transigen respecto a la ley de Dios ni buscan medios de suavizarla. Abstenerse de usar sangre para alimentar el cuerpo es tan esencial como abstenerse de la fornicación y la idolatría, pues estas tres cosas quedaron recogidas en el mismo decreto de los apóstoles y hombres de mayor edad reunidos en Jerusalén y que se dio bajo la dirección del espíritu santo. (Hechos 15:19, 20, 28, 29.)

De esta manera tan sutil, se cuestiona sus verdaderas razones y sus motivos para hacer este tipo de preguntas, y se le cataloga dentro de un grupo se alado que transige o trata de suavizar la ley de Dios.

Y es que los testigos de Jehová relacionan la fe, con todas las acciones que realizan sus miembros, que tengan algo que ver con la defensa de las doctrinas o normas que les caracteriza. También con el progreso material y el aumento de miembros que cada a o vienen teniendo de manera paulatina

Por eso, no es verdaderamente sorprendente que hablen una y otra vez de la fe, y traten de buscar ejemplos recogidos de la Biblia o de miembros de su grupo, que incentiven su depauperada concepción de lo que significa para ellos la fe.

En La Atalaya del 1 de Enero de 1999, han vuelto a recordarnos los esquemas básicos de la fe de los testigos de Jehová, y la relación directa que ésta guarda con los actos heroicos, las estadísticas, las cifras, la costrucción de edificios, el número de miembros, etc. En el primer artículo preguntan: ‘¿Es nuestra fe como la de Abrahán?', y en el segundo: "Hagan firme su corazón".

Haciendo un examen frío de dichas estadísticas, tendríamos que afirmar que la fe de los testigos de Jehová se tambalea desde hace algunos años en países como España, Francia, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Gran Bretaña, Suiza, Liechtenstein, Austria, Holanda, y en unos 40 países más, en donde paulatinamente van perdiendo adeptos, a pesar del número creciente de bautizados. Es decir, salen más que entran.

Un ejemplo bien palpable de esto lo tenemos en España, que por segundo año consecutivo pierde un uno por ciento de adeptos, y se sienten impotentes al no poder superar las cifras de 100.000 (en sus apariciones en TV afirman que son 150.000), desde hace más de 5 años. Esto, a pesar de que durante 1998, se bautizaron 10.133 nuevos miembros. Es decir, que si tenemos en cuenta el número de fallecidos que en todo colectivo se produce, podemos afirmar que el mismo número de personas que se agregaron a sus filas, fue el mismo número de los que abandonaron. De los que abandonaron, y teniendo en cuenta la política de expulsar a los malhechores, (personas que infringen el particular Código civil y Penal que impera dentro de los testigos), podemos afirmar que más de 8.000 personas en España se han desasociado o han caído inactivos dentro de sus filas durante 1998.

Este mismo análisis se podría efectuar en más de 50 países.

Por contra, en países del Este de Europa, algunos países africanos, y otros de Centroamérica, los testigos de Jehová siguen avanzando progresivamente, en algunos de ellos, de manera sorprendente. ¿Qué pasa con la fe de los testigos de Jehová? ¿Qué características tiene para que en algunos países se sienta impotente ante el mayor conocimiento de las personas sobre las sectas, y donde ex-miembros de sus filas desarrollan una labor de información sobre las técnicas de control mental que utilizan? ¿Por qué progresa en cambio, en los países pobres?

UNA FE BASADA EN LA RAZÓN

Es habitual leer en la literatura publicada por la Watch Tower que la fe está basada en la razón y el conocimiento. Por ejemplo, en La Atalaya del 1 de junio de 1984, pág. 9-10, se puede leer: "La fe es un acto de confianza. Se basa en el conocimiento exacto y la experiencia." Así pues, conforme una persona aumenta su conocimiento, supuestamente aumenta su fe.

En otras ocasiones se lee en esas mismas publicaciones: "Esta cualidad es un fruto del espíritu santo, es decir, la fuerza activa de Dios. (Gálatas 5:22, 23.) Por eso, únicamente los que son guiados por el espíritu de Jehová pueden ejercer fe." (Vea La Atalaya del 15 de julio de 1993, págs. 13-18).

Así pues, los fundamentos de la fe de los testigos de Jehová tiene contradicciones desde sus mismas raíces. Por un lado afirman que ésta se basa en conocimiento exacto y experiencia, y por otro lado, exponen esta segunda opción que contradice a la primera, pues si una persona debe ser guiado por el ‘espíritu santo' de Dios para tener fe, el conocimiento nada tiene que ver con dicha cualidad. Esto lleva a que multitud de testigos de Jehová tengan un conocimiento profundo de las doctrinas que desde la Sede Central se promulgan como ‘ortodoxas', y sin embargo, tengan una fe frágil y tambaleante, a la hora de contrastar sus convicciones con personas que conocen sus fundamentos, su desarrollo y sus múltiples contradicciones.

Aunque se mueven entre estas dos disyuntivas, suelen trabajar principalmente la primera, e incentivar a aquel que investiga, indaga y aumenta en conocimiento bíblico ‘canalizado' por el ‘esclavo fiel y discreto'.

¿Dónde está el truco de todo esto?

Pues en el hecho comprobado de que, lo que los dirigentes de los testigos de Jehová denominan ‘fe', no es otra cosa que creer a pié juntillas las teorías, explicaciones y doctrinas que emanan desde el Cuerpo Gobernante ubicado en Brooklyn, independientemente que esas explicaciones tengan o no, algo que ver con la Biblia.

Mientras la Biblia dice que ‘Fe es la consistencia de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve', los testigos creen que ‘fe es las pruebas que ellos aportan para decir y afirmar que estamos en los últimos días, que Cristo está gobernando desde 1914, que vamos a vivir en un paraíso, etc.' independientemente que estas afirmaciones las hayan modificado en diferentes ocasiones, o se hayan sostenido en diferentes pruebas que después han resultado falsas. Si alguien no acepta estas pruebas o no considera que las mismas sean ‘la consistencia de lo que se espera', es tachado de ‘hombre sin fe', opositor, apóstata, etc.

Buena prueba de ello es la crítica efectuada en la Atalaya antes citada del 15 de marzo de 1986, contra toda aquella persona que cuestiona sus aptitudes ‘proféticas'. Allí dijeron:

14 Por último, haremos referencia a lo que la Sociedad ha publicado en el pasado respecto a cronología. Algunos opositores afirman que los testigos de Jehová son falsos profetas. Dicen que se han fijado fechas, pero que nada ha ocurrido. De nuevo preguntamos, ¿qué motiva estas críticas? ¿Tienen la finalidad de animar al pueblo de Dios a mantenerse despierto, o es más bien un intento de autojustificación por haber caído ellos en la somnolencia de la inactividad? (1 Tesalonicenses 5:4-9.) Pero es más importante preguntar, ¿qué hará usted si escucha este tipo de crítica? Si una persona cuestiona el que estemos viviendo en "los últimos días", o hasta piensa que Dios es tan misericordioso que no va a dar muerte a tantos millones de personas durante la "gran tribulación", esa persona ya ha predispuesto su corazón a escuchar ese tipo de críticas. (2 Timoteo 3:1; Mateo 24:21.)

15 Es cierto, el pueblo de Jehová ha tenido que reajustar en varias ocasiones sus expectativas futuras. Debido a nuestro anhelo, hemos deseado que el nuevo sistema de cosas diera comienzo antes del tiempo que Jehová ha previsto para él. Pero al declarar el mensaje a otras personas, hemos demostrado nuestra fe en la Palabra de Dios y en sus promesas inequívocas. Además, el que hayamos reajustado en algo nuestro entendimiento no nos hace falsos profetas, como tampoco cambia el hecho de que estamos viviendo en "los últimos días", próximos a experimentar la "gran tribulación" que allanará el camino hacia el Paraíso terrestre. ¡Qué tonto sería suponer que por haber tenido que ajustar nuestras expectativas se pueda poner en tela de juicio toda la verdad en su conjunto! La evidencia de que Jehová ha usado y continúa usando a su única organización, con el "esclavo fiel y discreto" a la cabeza, es clara. Por lo tanto, nos sentimos como Pedro, quien dijo: "Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna". (Juan 6:68.)

No se dan cuenta, que día a día vienen cayendo en más errores y contradicciones, producto de su sistema centralizado de normas y enseñanzas, que les lleva en ocasiones a no saber cómo explicaron en cierto momento un versículo. Su ‘canal' de información, al ir sufriendo bajas, o bien por muertes naturales, bien por ‘crisis de conciencias', bien por desavenencias con la dirección central, reestructura su pensar y contradice o interpreta de modo diferente un detalle que años antes se explicaba de modo diferente.

Buena prueba de ello, es el texto con el que encabezan esta Atalaya: Lucas 18:8, y la pregunta de Jesús: "Cuando llegue el Hijo del hombre, ¿verdaderamente hallará la fe sobre la tierra?"

Los testigos de Jehová han jugado en multitud de ocasiones con el término "llegar", "venir" y "parusía", situando los mismos en diferentes épocas.

Por ejemplo, antes decían que el texto "Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él", aplicaba a 1914. En La Atalaya del 1 de mayo de 1993, pág. 19 dijeron tajantemente: "Jesús llegó en su gloria en 1914". Ahora dicen que Cristo todavía no ha ‘llegado' en su gloria, que esto aplica en el futuro cercano. Pero como insisten que la ‘parusía' de Cristo sí comenzó en Octubre de 1914, se ven obligados a reconocer que Cristo ‘ya ha venido', por lo que el ‘venir' o no venir, el ‘llegar' o no llegar, es todo asunto de hacer un gazpacho andaluz, o tirar una moneda al aire. Si sale cara, significa una cosa, si sale cruz, otra.

En pág. 9, al pié de una fotografía en las que se ven a personas realizando las labores fomentadas por las publicaciones de la Watchtower, se afirma: "Las pruebas demuestran que Jesús ha hallado ‘la fe sobre la tierra' durante su presencia". La pregunta del párr. 12 es determinante. El cumplimiento de Lucas 18:8 se sitúa en el período de su ‘presencia'. Es decir, que la pregunta efectuada por Jesús tiene respuesta en este tiempo, que la ‘llegada' de Lc 18:8 ya se ha realizado, y que la labor de predicar, reunirse en los Salones del Reino, construir grandes salas de reuniones, orar y bautizarse como Testigos, es la respuesta a la pregunta que Jesús efectuó.

Sin embargo, en La Atalaya del 1 de julio de 1989, pág. 8, y en el libro El Hombre más Grande de todos los Tiempos, pág. 94, aplican tal versículo a "cuando Cristo llegara con el poder del Reino." (También el libro Perspicacia para Comprender las Escrituras, tomo II, pág. 556).

Si ahora están afirmando que la venida en gloria o con poder del Reino aún no ha acontecido, ¿cómo es la contradicción cometida? Y es que la fe basada en la razón y el conocimiento tiene todo este tipo de carencias, errores y contradicciones, especialmente cuando tales razonamientos y conocimientos provienen de hombres que se subrogan en unos poderes y capacidades falsas.

Es muy bonito afirmar en un estudio que Abrahán fue un hombre de fe que es valorada por tres grandes religiones del mundo, y que lo demostró siendo obediente a las instrucciones que recibió directamente de Jehová, para del mismo modo, decir que en este mismo momento hay más de 5 millones de personas que tienen fe y lo demuestran obedeciendo las instrucciones provenientes del ‘esclavo fiel y discreto', es decir, la de dedicar más de mil millones de horas a la predicación del mensaje de los Testigos, a pesar de "los ataques insidiosos de quienes ‘forjan penoso afán mediate decreto' y ‘pronuncian inicua aún la sangre del inocente.'"

No sabemos, si cuando hablan de ‘forjar penoso afán mediante decreto' se refieren a las leyes francesas que les obligan a pagar impuestos por las contribuciones que reciben, y esto para ellos es bastante ‘penoso', y si cuando aplican las palabras del salmista de ‘pronunciar inicua aún la sangre del inocente', se refieren a la acusación cada vez más extendida de que sobre las faldas de los testigos de Jehová hay mucha sangre derramada injustamente desde que decidieron que la prohibición de las transfusiones de sangre estaban establecidas en la Biblia.

Si es por este motivo, podemos decir que rotundidez, que mientras los componentes de los testigos de Jehová sigan apoyando un sistema religioso como el de ellos, no podrán decir como el apóstol Pablo: "Estoy limpio de la sangre de todo hombre", y que todas las condenas que efectúan contra ‘Babilonia la Grande' les aplica del mismo modo a ellos.

UNA FE MAL DIRIGIDA

Un segundo defecto de la fe que expresan los testigos de Jehová, tiene que ver con su destino. La fe es la verdadera base para el cristianismo. Sobre ella se construye todo lo demás. Las mismas Escrituras nos animan a poner nuestra fe en Dios y en su Hijo:

"Porque nadie puede poner ningún otro fundamento sino lo que está puesto, que es Jesucristo. Por eso, que nadie se jacte en los hombres; porque todas las cosas les pertenecen a ustedes, sea Pablo, o Apolos, o Cefas, o el mundo, o la vida, o la muerte, o las cosas presentes, o las cosas venideras, todas las cosas les pertenecen; a su vez, ustedes pertenecen a Cristo; Cristo, a su vez, pertenece a Dios."

Como muy bien dice Raymond Franz en su libro En Busca de la Libertad Cristiana, "se podría escribir un libro entero con ejemplos de cómo la "organización visible" se apropia extensivamente de declaraciones bíblicas sobre Dios y Cristo.

Muy recientemente, en una graduación de Galaad, se pudo escuchar a un miembro del Cuerpo Gobernante llamado John E. Barr hablar sobre el tema "Su fe está creciendo en gran manera". Después de afirmar que ‘los diversos cambios en la organización también pueden poner a prueba la fe de los misioneros', preguntó: "¿Tenemos la fe que se requiere para aceptarlos, o se convertirán en obstáculos como montañas?".' (Vea La Atalaya del 1 de junio de 1995, pág. 17-18).

Así pues, la fe de los testigos de Jehová requiere aceptar los cambios que su organización o su Cuerpo Gobernante establece. Tener fe por parte de un testigo de Jehová conlleva el poner esa fe en una organización humana. Es por eso, que en muchas biografías publicadas en sus revistas se observa vez tras vez expresiones que reflejan el depósito de fe que sus redactores han tenido que depositar en la organización. Un caso concreto lo vemos recogido en La Atalaya del 1 de febrero de 1986, pág. 24, en la que el redactor, Simón Kraker reconoce:

"En 1939 hubo otro suceso histórico que contribuyó a fortalecer mi fe en Jehová y su organización visible."

Y es que cuando las personas permiten que las lleven por tal derrotero, la pureza de su fe no puede menos que sufrir. La fe genuina se corrompe con la credulidad. Cuanto más se desvía la fe en Dios hacia la fe en hombres, más da inos son los resultados.

El servicio ‘organizado' de Dios hace uniformes a los hombres, y despersonaliza su acción. La fe que se debe tener en Dios y en Jesucristo se traslada hacia el buen hacer de esa organización, y la fe comienza a resquebrajarse y a depender de una serie de conocimientos y una exigencia de lealtad y fidelidad a dicha organización.

Por supuesto, a la hora de estudiar estos asuntos, esa misma organización que exige fe en su labor, desvía los argumentos para que parezca que sus seguidores dirigen su fe hacia el mismísimo Dios. Lo que consiguen es que la persona acreciente su fe en el sistema organizado que la sustenta y no en el propio Dios.

Buena prueba de ello son las preguntas tendenciosas que contiene el párr. 17, de la Atalaya objeto de éste estudio. Dicen:

-> "¿Nos arrepentimos nosotros, pues, de habernos dedicado a Dios?"

Conozco a muy pocos que se arrepientan de esto, pero si conozco a muchos que se arrepienten de haberse dedicado a la organización Watch Tower. La Atalaya del 1 de Junio de 1985 dio un viraje en el contenido de las preguntas a las que debían responder todos los candidatos a entrar en las filas de los testigos de Jehová. Estas preguntas en la actualidad son las siguientes:

(1) Sobre la base del sacrificio de Jesucristo, ¿se ha arrepentido usted de sus pecados y se ha dedicado a Jehová para hacer la voluntad de él?

La segunda es:

(2) ¿Comprende usted que su dedicación y bautismo lo identifican como testigo de Jehová asociado con la organización que Dios dirige mediante Su espíritu?

Esta segunda pregunta, incluía un factor desconocido para los que eran testigos hasta ese momento, y era, la necesaria ‘comprensión' del candidato, de que su dedicación y bautismo lo identificaban con la "organización que Dios dirige mediante Su espíritu". Así pues, los testigos de Jehová se han dedicado a Dios con la mediación imprescindible de la organización Watch Tower. ¿Verdad que la pregunta es sumamente tendenciosa?

-> "¿Nos hubiera gustado seguir siendo parte del mundo, como la gente en general?"

Seguro que el conocimiento bíblico nos ha librado de muchas cosas malas que este mundo tiene. Pero esta liberación es la misma que han recibido personas que se han acercado a la Biblia por medio de la Iglesia Católica, muchos movimientos Evangélicos, y grupos independientes que promueven su estudio y aplicación. Por eso, nos alegramos de haber conocido la Biblia y el efecto liberalizador que esta tiene, pero repudiamos la aplicación radical que nos apartó de familiares, amigos, medios de conocimiento y desarrollo, trabajo, etc. y que fanatizó nuestro proceder.

También repudiamos toda aquella manipulación efectuada sobre dicho libro, para que nosotros nos sintiéramos identificados sólo con algunas partes de la Biblia, mientras que otros con otra, que nos creó el concepto de ser moralmente superiores a los demás y que nos llevó a despreciar a nuestros vecinos, compañeros de trabajo y amigos, porque ellos eran "del mundo" y nosotros no. Lamentamos haber ‘cogido' piedras y haberlas tirado a las ‘prostitutas' que nos encontrábamos en el camino, o haber sido como el fariseo, que cumplía co todos los detalles de la ley, y se gloriaba de no ser como el pecador que oraba en silencio a Dios.

-> "¿Nos lamentamos de los sacrificios que hemos hecho en el servicio de Jehová?"

Sí, especialmente cuando nos dimos cuenta que esos sacrificios no eran en el servicio de Jehová, sino en una torcida forma de interpretar la Biblia por parte de una organización humana. Nos lamentamos de los trabajos rechazados ‘para no perder las reuniones', de los años perdidos en las cárceles para no violar una conciencia manipulada, de los estudios no realizados y que ahora limitan nuestra posibilidad de un trabajo digno y bien remunerado, de haber impuesto prohibiciones caprichosas a nuestros hijos para que no comieran, no celebraran, no cantaran, etc., que los hizo objeto de burla y discriminación sin sentido, de las horas dedicadas a un trabajo inútil, del dinero utilizado en mantener una multinacional, de la sinrazón, del dogmatismo, de tantas y tantas cosas que nos parecieron ‘voluntad de Dios', y no fueron más que ‘voluntad de hombres'. De eso sí nos lamentamos.

UNA FE SISTEMATIZADA.

Este tipo de fe que promulgan los testigos de Jehová requiere de unos esquemas que la mantengan a flote de ‘vientos y mareas' de este tiempo. Las recetas son siempre las mismas: si un testigo de Jehová las sigue al pié de la letra, con toda probabilidad saldrá victorioso. Pocas veces falla. Es como aquel que padece una deficiencia en los huesos y requiere de una medicación continua de por vida. Esto mismo pasa en el testigo. Tiene que sistematizar su proceder, para que mantengan el pulso vital de su vida espiritual.

LEER LA BIBLIA. Los testigos de Jehová añaden: "Además en estos últimos días "el esclavo fiel y discreto" dispensa "alimento [espiritual] al tiempo apropiado", guía para aplicar los principios bíblicos y entender la profecía bíblica." Y añaden: "Es indispensable escuchar a Jehová por estos medios para tener una fe fuerte." (Pág. 17#8)

Así pues, la lectura de la Biblia está condicionada a aceptar "estos medios". Es más, es "indispensable" aceptarlos. Jehová "habla" por medio de ellos.

CREER EN LA ESPERANZA CRISTIANA. Esto que puede sonar muy bonito, tiene una serie de condicionantes en los testigos de Jehová. Ellos determinan qué es esa esperanza, quiénes pueden recibirla y cuáles son las "obras" que evidencian nuestra fe.

ORAR A DIOS. Nuevamente el principio es positivo. La oración es el medio por el cual los seres humanos se acercan en su intimidad a Dios. Los testigos de Jehová caen en el error de creerse poseedores del patrimonio de la oración. Creen que solo las oraciones insulsas que se realizan en sus Salones del Reino son las que Dios oye, oraciones egotistas y que promulgan el desarrollo de unos ideales que cambian cada dos por tres, y que lo único que hacen es engrandecer el poderío de una organización humana que aumenta sus bienes inmuebles a costa del sacrificio de los demás.

DEJARSE GUIAR POR DIOS. ¿Y cómo guía Dios a los hombres en éste tiempo? Por supuesto, por las pautas y normas que establece la Watchtower desde Brooklyn o desde las Sedes Nacionales. Por ejemplo, desde octubre de 1997, se dio la instrucción de distribuir un tratado con un mensaje bíblico. Los testigos entienden que "dejarse guiar por Dios" consiste en distribuir ese tratado con ‘celo y entusiasmo', y por eso alaban la labor efectuada en Ghana, Chipre y Dinamarca en relación con dicha distribución.

Muchos se preguntan con escepticismo: ¿Es esa la guía de Dios? ¿Es la guía de Dios, que en países necesitados como Ghana se distribuyan dos millones y medio de ejemplares, y no dos millones y medio de bolsas con comida? ¿Es la guía de Dios la de aprender técnicas de marketing para distribuir libros, revistas y últimamente, vídeos o películas en los que se relatan las proezas de los testigos de Jehová por todo el mundo, y no la de prestarse a los demás, colaborar por el bien de todos desde el lugar que ocupemos en la sociedad, sin depender de unas técnicas comerciales y marketinizadas?

Es por eso, que la fe de los testigos de Jehová tambalea en cuanto se desconecta de esta sistematización, y en cuanto ‘pone oído' a otras opiniones o formas de entender la Biblia.

Precisamente, la disminución en el número de publicadores para el año de servicio de 1998, les ha llevado a introducir en el programa del ‘Día Especial de Asamblea' discursos especiales en los que advierten en contra de leer o escuchar argumentos expuestos por personas que han pertenecido antes al colectivo. Tienen miedo a que sus adeptos escuchen una objeción o prueba y esto les haga tambalear. Aunque suelen decir que "los apóstatas publican obras que contienen tergiversaciones, verdades a medias y completas falsedades", advierten:

"Por consiguiente, sería peligroso dejar que nuestra curiosidad nos impulsara a alimentarnos de esos escritos o a escuchar esa habla injuriosa. Aunque no nos parezca que supone un peligro para nosotros, aún existe un riesgo. ¿Por qué? En primer lugar, algunas publicaciones apóstatas presentan mentiras por medio de "palabras melosas" y "palabras fingidas". (Romanos 16:17, 18; 2 Pedro 2:3.) ¿No es eso lo que se esperaría de la mesa de los demonios? Y aunque los apóstatas quizás presenten también algunos hechos, por lo general son sacados de su contexto con el propósito de apartar a otros de la mesa de Jehová. Todos sus escritos simplemente critican y derrumban. No hay nada edificante". (Vea estas expresiones en La Atalaya del 1 de julio de 1994, págs. 12-13).

¿Qué tiene la fe de los testigos de Jehová para que la mera curiosidad de leer o escuchar argumentos de algún opositor les haga tambalear? ¿Por qué expulsan de inmediato a personas que dentro de sus filas plantean serias dudas sobre la autoridad del ‘esclavo fiel y discreto' y sobre muchas de sus interpretaciones bíblicas? Mientras la Biblia habla muy claro sobre la fe verdadera, basada y dirigida a nuestro Dios y a Jesucristo, los testigos encaminan la misma sobre una organización de seres humanos imperfectos que se atribuyen ser ‘medios indispensables' para conectar con Dios.

Mientras la Biblia nos habla de elementos esenciales de la fe, como la virtud, el conocimiento, el autodominio, el aguante, la devoción piadosa, el cariño fraternal y el amor, los testigos se empeñan en recordar la lectura bíblica, la asistencia a todas las reuniones, la predicación como factores para hacer firme el corazón de las personas.

El Informe para el año de Servicio de 1998, es un claro exponente que su fe no es sólida, que se tambalea con apenas un soplido, y que su progreso, (que ellos confunden con las evidencias de su fe y de la bendición de Dios), es fruto de la desinformación, la necesidad imperiosa de seguridad y la búsqueda de respuestas a los muchos interrogantes que el ser humano tiene.